Hay algunos brotes verdes en las infraestructuras sanitarias malagueñas -como la reciente apertura a menos de medio gas del Hospital del Guadalhorce o el inminente traslado del comarcal de Ronda a su nuevo edificio-, pero el resto de los proyectos anunciados por la Consejería de Salud para Málaga siguen en estado vegetativo. De las casi mil camas prometidas por la Administración autonómica -si se suman las que aportarían los chares de Estepona, Mijas, Cártama; la ampliación del Costa del Sol de Marbella, el comarcal de Ronda y las alrededor de 400 nuevas que añadiría el megahospital- apenas se han abierto una treintena destinada a Salud Mental. El chare del Guadalhorce se inauguró con ocho consultas, pero aún no permite la hospitalización.

Las obras del Costa del Costa del Sol están casi acabadas, pero paralizadas. Litigios a tres bandas entre la concesionaria, la Junta y el Ayuntamiento marbellí han bloqueado el proyecto. Así lleva seis años. La Administración sanitaria siempre contesta que, en estos tiempos de restricción presupuestaria, su "prioridad" es echar a andar los proyectos iniciados. A saber: los hospitales de Marbella, Ronda y Cártama. De modo que la ampliación del Costa del Sol es prioritaria. De esta iniciativa dependen 150 camas y una unidad para enfermos psiquiátricos graves que es reivindicada desde hace más de una década por los familiares de enfermos mentales.

A finales de julio pasado, el consejero de Salud, Aquilino Alonso, se reunió con responsables municipales del Ayuntamiento de Marbella y lanzó un ultimátum a la empresa concesionaria de este hospital para que retome los trabajos. De no ser así, se procederá a la resolución del contrato, advirtió. El proyecto está atascado, pero al menos la obra está avanzada.

Hay otros compromisos en los que no se ha puesto ni un ladrillo pese a que se anunciaron hace ya 11 años. Es el caso de los chare de Estepona y Mijas. Además, como estos no están en obras, no forman parte del paquete "prioritario" de la Junta y están sujetos a la disponibilidad presupuestaria de la Administración autonómica.

El proyecto de Estepona tiene visos de que pueda desbloquearse después de que el Ayuntamiento -gobernado por el PP- haya aprobado 17,7 millones de euros para su construcción.

Pero del de Mijas se sabe poco. El hospital iba a financiarse en parte con las plusvalías de un proyecto de 6.000 viviendas, según el acuerdo que firmaron en su día la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento mijeño, entonces gobernado por el PSOE. Cuando la Corporación pasó a manos del PP, el gobierno municipal objetó que las plusvalías se dedicaran a costear una infraestructura que es competencia autonómica. Este cambio de criterio político se sumó a la crisis y ahí encalló el chare de Mijas. No se puso ni un ladrillo.

Otro proyecto comprometido que no ha llegado ni a planos ha sido el megahospital. Con la iniciativa se pretendía renovar y unificar el Regional, ahora disperso entre los pabellones A y B -conocidos como Carlos Haya- el Materno y el Civil. Salud afirma que el proyecto no ha caído en el olvido, que está sujeto a disponibilidad presupuestaria y que lo retomará cuando sea posible. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre (PP), llegó a ponerle sobre la mesa a la Administración andaluza los 78 millones que según sus cálculos arrojarían las recalificaciones del suelo que pretendía la Junta para financiar la obra. Hubo muchas reuniones y poco acuerdo. La crisis acabó por meter el proyecto en un cajón.

Lo mismo ocurrió con el Centro de Alta Resolución de Especialidades (CARE) de Torremolinos, que fue torpedeado por el anterior equipo de gobierno municipal (PP) y del que ya casi nadie se acuerda. Pero la hemeroteca es implacable y da fe de los compromisos asumidos.