Málaga

Visos de desbloqueo para iniciar las obras en Estepona

  • El Ayuntamiento ha puesto 17,7 millones para hacer el chare y espera un convenio con la Junta

En 2014, diez años después de que se anunciara el chare de Estepona, el hospital seguía siendo un proyecto. Así que ayuntamientos de la zona, la Mancomunidad de la Costa del Sol Occidental y la Diputación empezaron a lanzar ofertas para financiar parcialmente su construcción. La intención de estas instituciones -gobernadas por el PP- era forzar a la Junta de Andalucía -en manos del PSOE- a avanzar en el proyecto.

La idea de sufragar la construcción no era original. Lo hizo el que fuera alcalde de Benalmádena, el independiente Enrique Bolín, que construyó el hospital de esa localidad y se lo entregó a la Administración autonómica. Así se aseguraba que su localidad contara con esa infraestructura sanitaria.

El paso más concreto para impulsar el chare de Estepona lo dio el Ayuntamiento el pasado 29 de julio. El Pleno municipal de ese día aprobó por unanimidad una partida de 17,7 millones de euros para acometer la obra. El acuerdo establece una inversión plurianual que empieza con 1 millón en 2016, 6 en 2017, otros tantos en 2018 y 4,7 en 2019.

Un portavoz del Consistorio indicó que ahora la Administración municipal está a la espera de que la Consejería de Salud firme el convenio para poder comenzar las obras. En el Ayuntamiento hay confianza en que el proyecto pueda desbloquearse y ponerse en marcha "pronto".

Según las previsiones iniciales, el hospital debería haber finalizado en 2009. Luego la Junta dio un nuevo plazo y prometió las 56 camas que aportaría como parte de las 570 que comprometió para 2011. De hecho, la apertura de éste y otros chares se vendía por parte de la Junta como una forma de acercar la asistencia a la población y se esgrimía para atajar las reivindicaciones de un tercer hospital en la capital.

Tampoco se cumplió ese calendario y a día de hoy el chare de Estepona es sólo un proyecto. La aparición de restos arqueológicos en la parcela y la crisis se aliaron para frenar su desarrollo. Ahora, con el dinero para construirlo sobre la mesa, la Junta tiene pocas excusas para no darle el empujón definitivo.

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