Sequía

El puerto de Málaga se pone a punto para la llegada de barcos con agua

La zona por donde discurre la tubería subterránea que se habilitó en 1995.

La zona por donde discurre la tubería subterránea que se habilitó en 1995. / J. C. Cilveti (Málaga)

Los trabajos previos a la posible llegada de barcos con agua al Puerto de Málaga ante la sequía avanzan en este recinto al finalizar la revisión de las instalaciones preexistentes y actuarse en el último tramo de la conexión.

El director del recinto portuario, José Moyano, ha explicado que será el muelle 9 por su longitud y profundidad para los buques donde estará la toma para la descarga del líquido y que habrá uno o dos barcos en rotación continúa. Los barcos tendrán capacidad para 40.000 o 100.000 metros cúbicos según si el agua ya viene tratada o hay que hacerle un tratamiento posterior.

La Junta de Andalucía es la propietaria y concesionaria de las instalaciones y la empresa municipal de aguas Emasa efectúa mejoras con el apoyo técnico de la Autoridad Portuaria. La anterior toma para la sequía de 1995 estaba en el dique de poniente, pero se demolió en 2011, y ahora hay que llevar la tubería hasta el muelle 9.

La decisión todavía no está tomada, y nadie se atreve a darlo por hecho porque supondría aceptar el peor de los escenario que la falta de lluvias puede provocar, pero es algo que ya está en mente de muchas personas. En enero, la Junta de Andalucía anunció que se reunirá en abril para debatir la situación, a expensas de comprobar las lluvias que puedan dejar los meses de febrero y marzo. 

El precedente de Barcelona

En España el único lugar hasta el momento en el que se han tenido que movilizar agua en barco para abastecer a la población ha sido Barcelona. Fue en 2008, pero Cataluña está ya preparándose para volver a recurrir a esta medida si la situación hídrica no mejora en esta comunidad.

La llegada del primer buque cisterna a Barcelona en mayo de 2008 creó una gran expectación. El buque aljibe, de nombre Sichem Defender y con bandera panameña, llegó al puerto de la ciudad condal con una carga de 19.000 metros cúbicos de agua potable procedente de Tarragona, el equivalente al consumo diario de unas 170.000 personas.

El imponente buque, de 145 metros de largo y 24 de ancho, fue recibido en el puerto barcelonés por más de un centenar de periodistas y cámaras de televisión de varios países, como Francia, Reino Unido y Portugal, que quisieron inmortalizar la llegada a Barcelona del primer barco de los seis que acabaron suministrando agua a la ciudad.

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