El Puerto de Málaga ha cumplido este jueves 15 de junio dos años desde que se recuperó la actividad crucerista paralizada por la crisis internacional del coronavirus. Tras una larga sequía de 456 días que mantuvo a los muelles malacitanos si barcos de turistas y en el que sólo se produjeron algunas escalas técnicas con tripulantes, el martes 15 de junio de 2021, el puerto de la capital de la Costa del Sol se convertía en el primero de la peninsular ibérica en retomar el tráfico de cruceros.

Atracado minutos antes de las seis de la mañana en el muelle norte de la estación marítima de levante, el buque Mein Schiff 2 llegaba cumplimentando una ruta entre Canarias y Baleares. Mantenidas unas medidas de seguridad extremas tanto a bordo como en tierra, dos horas después de su amarre, la gran mayoría de los 1.205 pasajeros que viajaban en el buque de Tui Cruises desembarcaban para iniciar una serie de excursiones; un programa que ofertaba casi 40 recorridos incluyendo uno en bicicleta.

Excursiones burbuja y mascarillas: así eran las rutas turísticas

Recibidos los pasajeros por un grupo de verdiales y tras celebrarse un acto con autoridades, el puerto de Málaga comenzó a conocer cómo serían las escalas cruceristas inmersos en una emergencia sanitaria. Los rigurosos controles, las mascarillas y los geles mostraron en aquella misma jornada las denominadas excursiones burbuja; una modalidad que ofrecía rutas turísticas formadas por unos muy reducidos grupos de personas.

Primeros autobuses que realizaron excursiones burbuja.

Ejecutada aquella estancia que se prolongó durante trece horas y media y que se completó con dos escalas técnicas sin pasajeros; en concreto el muelle sur de levante recibió al Mein Schiff 4 mientras que en la bahía fondeaba el Golden Horizon considerado como el mayor buque de crucero a vela, el tráfico malagueño de barcos de turistas arrancaba tras 15 meses de parón.

Sin conocerse muy bien como se sucederían los primeros pasos de una industria que había sufrido un duro revés, los protocolos de seguridad sanitaria constituyeron el eje principal de la actividad de los barcos de turistas; unas operativas que, como no podía ser de otra forma, arrancaron muy tímidamente.

Realizadas en aguas malagueñas dos escalas en junio, tres en julio y cinco en agosto, septiembre de 2021 despuntaba con 17 atraques; unos números que se incrementaban en octubre con 46 visitas. Mantenidas unas buenas cifras de noviembre, en concreto se efectuaron 36 escalas, y cerrado aquel año con 11 amarres en diciembre, 2021, según datos de la Autoridad Portuaria, escenificó 113 estancias cruceristas con un movimiento de 118.300 turistas.

Y si bien los protocolos sanitarios se mantuvieron en los primeros meses de 2022, la lenta vuelta a la normalidad ha ido modificando desde entonces la vida a bordo de este tipo de barcos. Con el recuerdo de aquellas excursiones burbuja o de las pruebas diagnósticas rápidas, Málaga, al igual que el resto de ciudades con grandes afluencias de barcos de turistas, en los dos años que ahora se cumplen desde que se retomó el tránsito de este tipo de barcos ha recuperado su habitual actividad crucerista; un tráfico que en cifras dibujó en el pasado ejercicio 267 escalas y 342.045 pasajeros.