La crisis de los suministros no se está dejando notar en el Puerto de Málaga, al menos en lo que al tráfico de mercancías se refiere. Entre enero y septiembre es el puerto de España que más ha crecido en términos porcentuales (ha elevado un 61% el movimiento de toneladas respecto al mismo periodo de 2022) y ya está bastante por encima, en concreto un 22%, de los guarismos que registraba en 2019, según informaba ayer Puertos del Estado.

Carlos Rubio Basabe, presidente de la Autoridad Portuaria de Málaga, explica que el puerto, en un momento de crecimiento de la demanda mundial, ha servido de alternativa para los buques ante la saturación de otros emplazamientos más importantes. Málaga, además, no suele ser un puerto en el que haya problemas de tráfico y tiene una gran ventaja, explica Rubio: “No hay ni un solo día del año en el que sea imposible maniobrar para una embarcación por culpa del mal tiempo”.

Eso ha hecho que los datos se hayan disparado respecto al año 2020, annus horribilis no solo por la reducción un 25% del comercio mundial (los buques llegaron a interrumpir su circulación para no navegar vacíos) sino porque Málaga perdió las dos empresas de embarcaciones de mercancías que tenían su base aquí.

Ahora, según explica Carlos Rubio, las dos han vuelto a operar con normalidad: Hapag Lloyd, cuyo itinerario procede del Caribe y resto de Centroamérica, y MSC, que llega a Málaga desde la India y Medio Oriente. “Son las dos que tienen su base en el puerto y las dos son alimentadas también por líneas menores que llegan desde Norteamérica y el norte de Europa”, afirma el presidente de la Autoridad Portuaria. Además de Hapag Lloyd y MSC hay otras, pero su operativa es más puntual y no está regularizada.

El número de toneladas que ha movido el Puerto de Málaga entre enero y septiembre está algo por debajo de las 4,5 millones. Se han disparado, sobre todo, las llegadas de contenedores. Su número ha pasado de 68.000 en 2020 a 161.000 en 2021, un 136% más. Y, lo que es más importante, los contenedores van llenos, o llenos en una buena parte. Las mercancías contenidas en ellos llegaron a 3.143.000 toneladas, un 244,79% más, es decir, más del triple que en 2020.

Los graneles también han crecido, aunque no en una medida tan grande. El tráfico de graneles líquidos se ha elevado un 0,8% (al contrario que en el conjunto en España, donde ha descendido en la misma proporción), hasta 188.427 toneladas, fundamentalmente de aceites y también de combustibles. Los graneles sólidos ascienden a 1,2 millones, un 21,2% más que en 2019, con el clinker, la materia prima con la que se hace el cemento, y productos agroalimentarios, en gran medida cereales destinados al consumo del ganado.

El tráfico portuario de Málaga es el que más crece porcentualmente, pero no es comparable a, por ejemplo, Algeciras, que movió en el periodo referido 78,1 millones de toneladas. “Es el gran puerto del sur de la península; el de Málaga es complementario para determinados tráficos cuando hay saturación, lo que ayuda a que haya una mayor conectividad”, afirma Carlos Rubio.