Por solo dos euros se compra una entrada al mercadillo más solidario de las Navidades, al lugar en el que cada producto adquirido tiene un significado más profundo que el mero consumismo. El Rastrillo de Nuevo Futuro celebra su 29 edición en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga con la esperanza de servir de ayuda para la financiación de sus ocho hogares para menores tutelados por la administración. Hasta este próximo domingo se podrá adquirir casi de todo, además de almorzar, merendar y disfrutar de diversas actuaciones.
De 11:00 a 21:00 ininterrumpidamente abre sus puertas este mercadillo de la asociación sin ánimo de lucro que preside Ángela Fontana Barrionuevo. "Tenemos un concierto con la Junta de Andalucía que nos paga una cantidad por niño y día pero eso no cubre el presupuesto de todo el año según entendemos nosotros este proyecto", explica la presidenta. De ahí que se sigan haciendo actividades extraordinarias para recaudar fondos.
La entidad tiene en sus pisos un total de 48 menores "privados de ambiente familiar". "Además de pagar los sueldos de los trabajadores, los niños tienen que comer, vestirse, ir al colegio, es como si tuviéramos ocho familias numerosas", apunta Fontana. Y si se juntan cuatro viajes de fin de curso y tres ortodoncias, pues a sumar. De ahí que eventos como el Rastrillo se necesiten para los aportes extraordinarios. Cada año obtienen en esta cita aproximadamente el 10% del presupuesto anual. Aunque, sostiene la presidenta, "necesitaríamos el 30%".
Entre 13.000 y 14.000 personas suelen pasear por sus puestos y adquirir algunos
de sus productos en sus 60 puestos tan variados que reúnen ropa, arte, mobiliario y artículos de decoración, textiles, gastronomía... "Aquí se podrían hacer todas las compras de Navidad e, incluso, llenar la nevera", apunta la presidenta de Nuevo Futuro.
Fontana destaca que desde la crisis "todos los años estamos en pérdidas" pero apunta que se han reducido mucho los gastos y que cuentan con apoyos de empresas y otras instituciones. "Queremos involucrar a todos los malagueños porque éste es un proyecto de todos y los que hemos vivido en familias normalizadas tenemos la obligación moral de devolver a la sociedad lo que nos ha dado", sostiene la presidenta de la entidad.
Sabiendo que "los niños con problemas están en la puerta de al lado", que "no hay que irse lejos para encontrarlos", esta entidad continúa trabajando sin descanso en pro de los menores desde que se implantó en Málaga hace 44 años. Ahora su reto está en la captación de socios.
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