El mercado inmobiliario, después de dos años desinflado por el azote del Covid, ha vuelto a datos prepandémicos al cierre de 2022. El número de viviendas visadas por el Colegio de Arquitectos en Málaga ha crecido un 21,5% hasta las 7.975 unidades firmadas, por las 5.820 de 2021. En 2019, el dato ascendió hasta las 7.102. 

Este dato, por otra parte, sigue siendo insuficiente a ojos del decano del Colegio de Arquitectos, Francisco Sarabia, que ha señalado que la "mayoría de las viviendas son de 'alto standing'", haciendo especial hincapié en la falta de VPO. Sarabia ha reclamado a las administraciones que "promuevan más casas para los ciudadanos", ante la "escasez de viviendas a precios asequibles, las destinadas a la clase media". 

Para el decano de los arquitectos, no es sólo que hagan falta viviendas de VPO, sino que son necesarias "viviendas de 100.000 o 150.000 euros, que en un plazo de veinte años puedan ser asumidas por ciudadanos normales". Preguntado por el incremento de los precios, Sarabia ha señalado la mayor rentabilidad de los proyectos destinados al alto poder adquisitivo, unido a que su demanda sigue creciendo, lo que tapona la posible construcción de inmuebles con precios más cercanos a las posibilidades del sueldo medio malagueño. 

Ha señalado el buen momento de Málaga en términos de atracción de inversión, contraponiéndose con lo que puede significar para el mercado de la vivienda. "El malagueño no compra los pisos de tres millones de euros, ni el extranjero que quiere una segunda residencia, suelen ser fondos de inversión que igual invierte en eso que en Bonos del Estado", ha apuntado antes de señalar que en las lonas publicitarias de algunas nuevas construcciones que rezaban "invierte en Málaga", en lugar de "ven a vivir a Málaga". 

Viviendas terminadas 

A esto se suma que el número de viviendas que se necesitan en la provincia para cubrir la demanda anual es de "20.000 o 25.000", según el propio decano; mientras que el número de viviendas terminadas es de 4.103 en 2022, frente a las 7.552 del año anterior. Esto tiene una explicación lógica: las viviendas terminadas son el reflejo de las que se visaron dos o tres años atrás, durante el parón por la pandemia. 

Pese a ello, el número de viviendas terminadas es una quinta parte –eligiendo el dato más conservador en la horquilla proporcionada por Sarabia– del número de inmuebles necesarios para cubrir la demanda de la provincia; por lo que todo apunta a que el mercado seguirá tensionado. Todo esto sin atender al porcentaje de vivienda asequible de estas 4.000 terminadas. 

Málaga capital está, un año más, a la cabeza en el número de viviendas terminadas, con 1.154 inmuebles; seguida de Mijas, 483, y Fuengirola, con 306 unidades terminadas. Los datos de la costa, tanto en unidades visadas como terminadas, contrastan con los del interior, que siguen "sin presentar cifras significativas que revelan una escasa actividad en el sector". 

VPO "insignificante" 

En cuanto a las Viviendas de Protección Oficial, se han visado 185 viviendas en dos promociones, una en Coín y otra en Marbella; mientras que las terminadas se cuentan por 116, 100 en Estepona y 16 en Málaga. Estos datos, a ojos del colegio de Arquitectos son "insignificantes, más teniendo en cuenta que sólo en el Plan de Vivienda presentado por Málaga capital se cifra la necesidad de 13.700 casas". 

Sarabia ha señalado que parte del problema reside en que la promoción de VPO "tiene unas exigencias elevadas, con limitación de precio; es normal que las promotoras no se interesen". Es por eso que ha pedido "incentivos" a las administraciones para que se construyan más viviendas asequibles. 

También ha criticado el decano de los arquitectos el tapón que hay en muchos ayuntamientos en la tramitación de licencias, señalando plazos de "hasta tres años" en algunos casos. Como ejemplo negativo ha destacado a la capital, "donde más se retrasan", poniendo como buenos ejemplos los casos de Estepona, "van como un tiro" o Alhaurín de la Torre. 

Según el Plan de Vivienda del Ayuntamiento de Málaga en cinco años, es decir, de 2023 a 2027 se estima que para hacer frente a la demanda actual de viviendas nuevas, se deben construir 8.900. La financiación total que se espera para ello es de 1.399.495.600 euros. De estos, dos tercios del capital estimado lo aportarían los privados, mientras que el tercio restante lo haría Gobierno central, Junta y Ayuntamiento. El Consistorio se hace cargo de un 6%, 84,7 millones de euros.

De estas 8.900 viviendas, 4.100 serían viviendas protegidas (VPO) –2.700 en alquiler (65%) y 1.400 en venta (35%)– y 4.800 viviendas de renta libre. De las 4.100 viviendas protegidas nuevas, el Plan Municipal de Vivienda plantea que 2.700 sean en régimen de alquiler, que estarían distribuidas: 600 en equipamientos, mediante colaboración público-privada; 200 en alojamientos públicos que promoverá el Ayuntamiento; y 2.368 viviendas protegidas en alquiler a través de la promoción pública y público-privada. De estas últimas 476 y 530 pertenecen a la primera y segunda fase del sector Universidad y 1.362 las va a promover la Entidad Estatal de Suelo (SEPES).