Málaga

Regantes del Guadalhorce: “el futuro de la agricultura de la comarca es muy desalentador”

Cultivos del Valle del Guadalhorce.

Cultivos del Valle del Guadalhorce. / M. H.

La rotura del sifón de Cártama y del sifón de Casablanca ha perjudicado entre 1.500 y 2.000 hectáreas de cultivos en el Valle del Guadalhorce que se encuentran en el margen derecho del río Guadalhorce. Las obras han hecho que se retrase el riego de diferentes comunidades de regantes hasta su finalización, que según la Junta de Andalucía, será el próximo martes 11 de julio. Algunas de las comunidades afectadas aseguran que todos los años hay averías y que actualmente “el futuro de la agricultura es muy desalentador” en la zona.

La Junta de Andalucía comenzó la reparación el pasado 3 de julio y prevé que pueda volver a funcionar el día 11. Para ello ha invertido unos 5.000 euros, con el objetivo de trabajar “con la mayor agilidad posible para dar una rápida y duradera solución a la avería”, según el director general de Infraestructuras del Agua de la Consejería, Álvaro Real. En esta misma línea, desde la Asociación Provincial de Regantes de Málaga (Aprema) sostienen que la rotura del sifón de Cártama -riega desde la Estación de Cártama hasta Málaga- está afectando a diferentes comunidades de regantes entre las que se encuentran la del Barullo, Arroyo Gragea, Doñana-Las Monjas, las Cabrerizas, Romeral, entre otras. También aseguran que la rotura de la tubería de Casablanca -riega desde Pizarra a la Estación de Cártama- perjudica a los cultivos de las comunidades de Paco Pérez, Berlanga, Estacada, Labradores Estación de Cártama, Mosqueras, Loma Cuenca y Enjaima.

Cerca de 2.000 hectáreas, según Aprema, son las que se han visto obligadas a retrasar el riego de julio hasta que finalicen las obras. Agustín García es el presidente de la comunidad de regantes Arroyo Gragea y asegura que esta situación la llevan viviendo varios años, porque siempre se rompe el sifón y se ven obligados a cortar el riego unas dos o tres veces por temporada. Esta comunidad cuenta con 40 hectáreas, las cuales tienen cultivos de pitayas y cultivos arbóreos. Sobre si aguantarán o no, García sostiene que “este año no va a ser bueno, si el riego se mantiene como está programado la arboleda se va a poder salvar, el problema es el año que viene que puede que no llueva”.

En este sentido, asegura que el futuro para los agricultores del Guadalhorce es “crudo, oscuro y desalentador”. En este punto, coincide con él Cristóbal Sánchez, presidente de dos comunidades de regantes de la comarca: Doñana-Las Monjas y las Cabrerizas, ambas afectadas también por la rotura de la tubería de Cártama. En total, ambas comunidades abarcan unas 200 hectáreas de cítricos y huertos que “ya con este retraso del riego se pueden perder”. La situación es “muy mala” debido a la falta de lluvias. Además, considera que por los regantes “no mira nadie” y que esta situación “se veía venir”, ya que el año pasado no tuvieron problemas porque el pantano se llenó tras una tormenta, pero este año la situación era totalmente diferente.

Las roturas de las tuberías se dan en toda la comarca

Al hablar de roturas de tuberías, desde Aprema remarcan que se dan a lo largo de toda la comarca. La comunidad de regantes de Campanillas, que está en el margen izquierdo del río Guadalhorce, también se vio afectada hace unos meses por otra rotura. Antonio Jiménez, su presidente, incide en que no importa si la comunidad de regantes es del margen izquierdo o derecho del río, el problema siempre es el mismo y es que “cuando hay una avería tardan mucho tiempo en arreglarla”.

En esta comunidad, donde hay unas 200 hectáreas de cítricos y hortícolas, Jiménez prevé que “con el tiempo que está haciendo y el que va a hacer la semana que viene poca cosa se va a salvar”. Además, remarca que en esta época es cuando los agricultores se hacen con las plantas de los cultivos de invierno y “hay quien ni se plantea cultivar”. Por lo que, a su juicio, “si las circunstancias no cambian, el futuro del Guadalhorce es muy negro”.

Por otro lado, en Álora se encuentra la comunidad de regantes de Los Llanos. Su presidente, José Luis Acedo, sostiene que hace unos años, cuando la Junta de Andalucía les cedió las conducciones de agua, les informaron que ellos se encargarían de arreglarlas antes de entregárselas, pero no ha sido así. En esta línea, sostiene que “se diseñó el arreglo hace unos seis años y no se llevó a cabo, ahora dicen que la arreglemos nosotros”. Asimismo, añade que reparan las tuberías ellos mismos, pero poco a poco porque no tienen recursos suficientes. Eso sí, arreglan "los tramos con más pérdidas de agua". La comunidad abarca 200 hectáreas de cítricos -limones y naranjas- y cuenta con unos cuatro kilómetros de canales. Al mirar al futuro, Acedo apunta que “dependemos de que llueva o no llueva. Si llueve mucho, aunque tengamos pérdidas en el canal, se puede regar”.

Con respecto a la reducción del agua, los regantes entienden que se debe garantizar el abastecimiento porque “las personas van primero”. Lo que los agricultores de la zona exigen es que se revisen los canales, los cuales tienen más de 40 años.

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