Educación

La Religión Evangélica en los colegios de Málaga, una enseñanza para casi 1.300 alumnos

  • Un total de 88 centros educativos de Málaga ofertan la asignatura

  • Sus docentes deben ser miembros activos de una iglesia evangélica y tener la titulación pedagógica para cada etapa

La profesora Elena González en una de las clases del IES Guadalmedina de Málaga.

La profesora Elena González en una de las clases del IES Guadalmedina de Málaga. / Javier Albiñana (Málaga)

El instituto Guadalmedina, junto al estadio de La Rosaleda, es el centro malagueño con más alumnos matriculados en Religión Evangélica. La inmensa mayoría de ellos son de etnia gitana. Elena González es su profesora. Licenciada en Pedagogía, imparte clases de esta materia en Secundaria desde 2012.

Además del Guadalmedina, es docente del IES Jardines de Puerta Oscura y del Pablo Picasso. Junto a ella, un total de 17 profesores imparten Religión Evangélica en Málaga. “Hay muchísima demanda, muchos niños quieren cursarla y, sin embargo, hay centros donde no sale adelante”, dice la profesora.

Según los datos aportados por la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (Ferede) un total de 1.267 alumnos optaron el pasado curso escolar por esta religión en los colegios públicos y concertados de la provincia de Málaga. Una cifra que la convierte en la segunda enseñanza religiosa tras la católica. Se imparte en un total de 88 centros, 69 de ellos son institutos. En toda Andalucía, la cifra alcanza los 8.000 estudiantes, lo que supone la contratación de 100 docentes para impartirla.

En la comunidad autónoma hay un déficit de atención a las familias que profesan dicha religión. Asegura el Consejo de Enseñanza Religiosa Evangélica (ERE) que existen actualmente 1.500 niños a los que no se les atiende la petición para cursar esta asignatura, debido a que el Ministerio de Educación no contrata a más maestros para enseñarla. Serían necesarios 30.

La falta de información deja muchas solicitudes sin gestionar

“Conocemos muchas solicitudes de alumnos que no se procesan correctamente ni en los centros ni en las consejerías de educación y cientos de niños se pierden por el camino”, explica Ana Calvo, representante legal de la Consejería de Enseñanza Religiosa Evangélica de Federe. Explica Calvo que la falta de oferta e información en los formularios de matrícula es el primer problema. Así las familias no saben que tienen la opción de poder solicitarla.

También denuncian “la falta de información y conocimiento” por parte del personal del centro. “A menudo los padres que la solicitan conociendo que la legislación los ampara reciben como respuesta a su petición que en dicho centro no hay Religión Evangélica”, agrega. Y recuerda a las familias “la necesidad de insistir al centro en su deber de tramitar la solicitud”. También hay un desconocimiento sobre cómo gestionar dichas solicitudes y se quedan muchas sin procesar.

En Secundaria trabajan con la Biblia y desarrollan unidades didácticas. En Secundaria trabajan con la Biblia y desarrollan unidades didácticas.

En Secundaria trabajan con la Biblia y desarrollan unidades didácticas. / Javier Albiñana (Málaga)

“Todo es cuestión de que las familias insistan en solicitar esta materia, porque cuando nosotros los profesores entramos en un centro la demanda va aumentando, sabes que ya hay un docente y se apuntan”, comenta Elena González. Entre su alumnado el perfil “es de todo tipo”, apunta.

En el IES Guadalmedina –que es uno de los centros de referencia de la barriada Palma-Palmilla– la “inmensa mayoría son de etnia gitana”. Pero en el resto de centros hay más diversidad. “Hay muchísimas iglesias evangélicas en Málaga, somos una comunidad importante de creyentes tanto locales como inmigrantes que llegan desde Sudamérica o Rumania”, señala González.

Más elementos que unen de los que separan

Para esta docente son más los elementos de unión que los que separan la Religión Evangélica y la Católica. “Somos cristianos igualmente, desde mi punto de vista creo que hay más cosas que nos unen de las que nos separan, para mí no se trata de buscar enfrentamientos sino puntos de encuentro”, sostiene. Quizás las mayores diferencias de la religión surgida tras la reforma protestante de Lutero se hallan “en el terreno doctrinal”. “Tratamos de ser coherentes con lo que creemos y lo asumimos como una forma de vida”, argumenta González.

"Tratamos de ser coherentes con lo que creemos y lo asumimos como una forma de vida"

Al igual que ocurre con las otras confesiones que integran la oferta educativa pública de la Junta (compuesta por el Catolicismo, el Islam y el Judaísmo), la Religión Evangélica se imparte dos horas a la semana en Infantil, una en los tres primeros cursos de Primaria, dos en los tres últimos de esta etapa y una en los institutos.

Dentro del aula, Elena González imparte un “currículum establecido en el que están todas implicadas todas las iglesias evangélicas que pertenecen a la Federe, desde la Bautista a la de Filadelfia”, explica. En Secundaria no trabajan con libro de texto. “Tenemos la Biblia de base o referencia y luego cada profesor desarrolla sus unidades didácticas”, relata.

Libro de texto de Primaria en la clase de la profesora Rosario Ortiz. Libro de texto de Primaria en la clase de la profesora Rosario Ortiz.

Libro de texto de Primaria en la clase de la profesora Rosario Ortiz. / Juan Carlos Vázquez

Y destaca que se imparten contenidos de la historia de la religión desde el Génesis a la vida y los misterios de Jesús. Y, sobre todo, “damos muchos valores, hablamos de la tolerancia, del respeto, todo esto tiene un apoyo bíblico”, indica la docente. Para ella, el compromiso de la comunidad creyente hace que sus alumnos “reciban la asignatura con agrado”.

Elena también ha tenido alumnos de otras confesiones o, incluso, ateos que se han sumado a la materia. “Tuve a una niña que su familia era budista y cursó Evangélica muy contenta porque había conocido otra religión”. Para ella, se le debe de dar importancia dentro del sistema educativo “porque lo que busca es la formación integral de la persona y no solo el conocimiento del alumno, se necesita también profundizar en los valores, en el campo emocional y espiritual”.

Además, destaca la profesora, la ventaja que supone atender “a grupos pequeños porque así el trato es mucho más individualizado y puedes asistir al alumno en sus necesidades, la adolescencia es un momento vital complicado y necesitan que se les escuche y que puedan exponer sus dudas y preguntas existenciales”, agrega la profesora.

De la formación de estos docentes se encarga el Consejo de la ERE, que se encuentra en Madrid. Para ser maestro de Religión Evangélica debe poseerse el grado en Magisterio y luego cursar un posgrado en esta enseñanza. Para los profesores de la ESO, además de tener un título universitario, se requiere el máster en Secundaria y el curso de la ERE, cuya duración es variable.

Un currículo que buscan su aplicación social

El currículo se estructura en siete bloques. En cada uno de ellos se busca una aplicación social. La creación (con especial atención al cuidado del medio ambiente), historias bíblicas (aplicación moral y espiritual en la vida cotidiana), la vida de Jesús (sus enseñanzas), la familia, el pueblo de Dios y la Iglesia, la relación con Dios y la vida del cristiano (la convivencia entre los distintos grupos sociales y la importancia de valorarse uno mismo como principio de desarrollo).

“Se trata, en todo momento, de formar a personas en valores desde el punto de vista de la fe para que luego estos menores los apliquen en la sociedad y se comporten como buenos ciudadanos”, incide Rosario Ortiz, profesora de esta materia en Educación Primaria. Y hace hincapié en que si este tipo de enseñanza carece de dicho fin social, “la religión se acaba convirtiendo en adoctrinamiento”.

"Se trata de formar a personas en valores desde el punto de vista de la fe para que luego se comporten como buenos ciudadanos"

Por tal motivo, no resultan tan importantes los exámenes como la evaluación continua y, sobre todo, la adquisición de competencias. En este punto, Ortiz destaca que la Religión Evangélica ayuda a desarrollar muchos de los aspectos que fomenta la actual ley estatal de educación (Lomce), como la comunicación oral, la competencia digital (a través del fomento de documentación en internet) y la competencia social y cívica, para que los menores “aprendan a aprender”. “Se persigue que busquen conocimientos por ellos mismos”, añade esta docente.

Un aspecto esencial en el Evangelismo es la ayuda al necesitado, centrada en los entornos próximos a las iglesias evangélicas, donde lo que se le enseña a los niños difiere de lo que se les imparte en el aula. “En las iglesias, cuando son pequeños, aprenden a leer la Biblia, sin embargo, en los colegios lo que usamos son libros de texto, un manual más pedagógico para formarlos de cara al bautismo, que tiene lugar cuando cumplen los 15 años”, detalla Ortiz, quien asevera que la acción social, tanto en un caso como en otro, está muy presente. “¿De qué me sirve hablar tanto de Dios si luego no demuestro sus enseñanzas en la práctica?”, afirma la maestra.

Esta asignatura lleva 20 años ofertándose en Andalucía. Al principio, como detalla Rosario Ortiz, los docentes que la impartían “no cobraban nada”, situación que cambió tras el auge que tuvo esta confesión. Todo hace indicar que la demanda actual seguirá creciendo los próximos cursos, debido al aumento en número de seguidores evangélicos.

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