Málaga

Investigan un nuevo robo en una parroquia de Antequera

  • El párroco ruega al autor que devuelva los copones sustraídos · Hace justo un mes varias iglesias de Benalmádena habían sufrido el robo de la caja fuerte

La parroquia de Antequera ha sufrido el último robo

La parroquia de Antequera ha sufrido el último robo

La Policía Nacional investiga una denuncia por un robo ocurrido el lunes en la parroquia Santísima Trinidad de Antequera. El autor, en concreto, ha sustraído dos copones del sagrario con las hostias, según ha informado el párroco, que ruega al supuesto responsable que los devuelva. 

El robo, según las mismas fuentes, fue constatado por los padres trinitarios presentes en la parroquia y el servicio de la Casa de Acogida Prolibertas, que acoge a personas encarceladas e inmigrantes y como capellanes del Centro Penitenciario de Archidona. 

Hace justo un mes trascendía que en solo dos semanas varias iglesias de Benalmádena habían sufrido el robo de la caja fuerte en la que guardaban el dinero de la colecta, que en uno de los casos ascendía a cerca de 2.000 euros. Dos de ellas se encuentran en Arroyo de la Miel y la última en Benalmádena Pueblo.

La investigación ya está en manos de la Policía Nacional y aunque por el momento se desconoce si los tres robos tienen relación entre sí o han sido realizados por la misma banda se da la circunstancia de que en los tres casos seguían el mismo modus operandi: forzar la puerta y sustraer la caja fuerte con el botín sin reparar en otros artículos de valor. Afortunadamente no se han producido daños en el patrimonio de ninguna de ellas.

El primero de ellos tuvo lugar en la Iglesia Bautista de Arroyo de la Miel, en la calle Sagitario. Según relata su pastor, Eusebio Pérez, cuando llegaron el domingo tras varios días de viaje la puerta ya estaba abierta. “Pensábamos que la acababa de abrir algún miembro de la Iglesia pero no fue así. Como no había nada revuelto no sospechamos nada. Fue más tarde cuando entramos y vimos que la puerta del armario donde guardamos la caja fuerte estaba abierta y que el hueco estaba vacío cuando nos dimos cuenta de lo que había pasado”, cuenta.

Fue entonces cuando repararon en que la puerta de entrada estaba forzada y que habían roto el candado para acceder al local, que se encuentra en los bajos de un edificio. Algunos comerciantes de la zona alertaron de que una de las noches vieron como alguien estaba forcejeando la puerta que da acceso al jardín del bloque. “Pero podía haber sido un vecino cualquiera o la persona que nos robó”, explica Pérez, que señaló que “llevamos aquí más de veinte años y nunca habíamos experimentado algo así”.

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