La familia Roca cobró 5 premios de lotería sin levantar ninguna sospecha
Un ejecutivo de La Caixa admite que en 2005 el sistema de control interno de la caja no detectaba estas operaciones
La mujer y la hija de Juan Antonio Roca ingresaron en sus cuentas en La Caixa entre el 2 de marzo y el 30 de septiembre de 2005 cinco premios de lotería por importe total de 646.000 euros. A pesar de que la compra de lotería premiada figura como una de las fórmulas más elementales y clásicas en el blanqueo de capitales, no sonó ninguna alerta ni alarma en la entidad. Seis años después el entonces presidente del órgano de control interno de la Caixa, Javier Paso Luna, explicó ayer ante el tribunal que juzga el caso Malaya que en aquella época los sistemas internos dirigidos a detectar el lavado de capitales todavía no tenían capacidad para detectar operaciones sospechosas de estas características. En definitiva, que en 2005 la compra de billetes premiados aún era invisible.
Los controles internos en La Caixa para detectar operaciones sospechosas se empezaron a poner en marcha en 2003, aunque en principio sólo para registrar operaciones con dinero en metálico o con paraísos fiscales.
Por tanto, los empleados que gestionaban personalmente esos ingresos eran los únicos capaces de advertir de posible blanqueo.
La mujer y la hija de Juan Antonio Roca ingresaron esos cinco premios de lotería sin levantar ninguna sospecha en las cuentas que tenían en la oficina de La Caixa en Los Alcázares (Murcia), de la que era director Antonio Jimeno, cuñado del ex asesor de urbanismo de Marbella.
Durante años ni las auditorías ni los controles internos alertaron de ninguna anomalía hasta la investigación del caso Malaya. La caja cerró el asunto con el despido de su director en Los Alcázares precisamente por no haber advertido de un comportamiento que de acuerdo con la declaración del ejecutivo de la entidad es "una operación característica" del blanqueo de capitales, así recogida en todos los manuales.
Durante su declaración en esta fase del juicio, Juan Antonio Roca ha reconocido que fue él quien compró los premios movido exclusivamente por razones fiscales y que tanto su mujer como su hija estaban totalmente al margen de esas operaciones.
Durante la jornada de ayer la defensa de María Rosa Jimeno, esposa del ex asesor de urbanismo de Marbella, trató de hacer valer que los negocios de su defendida siempre estuvieron al margen de la actividad profesional y empresarial de su marido. El jefe de la unidad de blanqueo de capitales de la Policía Judicial (UDEF-bla) sugirió, sin embargo, que María Rosa Jimeno inició esos negocios con fondos proporcionados por su marido porque ella no tenía actividad profesional previa.
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