La Semana Santa ya suena en las calles de Ronda

A un mes de la llegada de la Semana Santa, sus sones ya resuenan en las noches y calles rondeñas, una vez que las hermandades que procesionan con pasos de costaleros han iniciado sus ensayos para que todo salga según lo previsto el día de salida.

No es raro encontrarse en estos días a los costaleros de las diversas hermandades portando las estructuras que se utilizan para los ensayos previos por las proximidades de sus parroquias, andando al son de las marchas que salen desde los altavoces que alimentan los equipos de música que se instalan entre alguno de los huecos que serían los respiraderos del paso. Nada queda sujeto a la improvisación y del equipo de música salen las marchas que tocarán las bandas que acompañaron a los pasos que portarán a los distintos titulares.

Estos ensayos suelen reunir a algunos de los hermanos de la cofradía para ver el trabajo previo de costaleros y capataces, que en estos días perfilan las novedades, hacen cuello y los nuevos se amoldan al estilo de cada una de las cofradías. También toca entrenar las piernas, un aspecto tan o más importante que el cuello durante la estación de penitencia. "Un costalero se derrumba por las piernas", explica uno de los capataces que estos días ya están ensayando.

Aunque las estructuras que se utilizan no son especialmente llamativas (son un reproducción metálica del paso oficial), suelen ser de hierro y en la parte superior portan sacos para completar el peso que tendrá en paso totalmente montado, sí que llaman la atención de aquellos visitantes que coinciden con los ensayos, ya que pueden verse detalles que no son apreciables durante las procesiones, como la postura que llevan los costaleros en las trabajeras que van situadas bajo el paso y que en los desfiles procesionales van cubiertas por los faldones y los respiraderos. De igual modo, se aprecian los gestos de esfuerzo de los costaleros a la hora de realizar una levantá o la intensidad de las órdenes de los pateros, y es que las trabajaderas son completamente visibles.

Estas imágenes, que se producen en muchos casos en pleno centro de la ciudad, suelen causar especial sorpresa entre los turistas no nacionales, que en ocasiones se acercan para preguntar qué están haciendo, descubriendo, en muchos casos, que las procesiones que ven y tanto les atraen no son fruto del trabajo de unos días y que, en muchos casos, requieren de muchas semanas de preparación.

No obstante, no hay una fórmula exacta, y es que cada capataz y cada hermandad tiene su sistema. Eso sí, la mayoría suelen ir haciendo ensayos progresivos que van aumentando en distancia, hasta que se realizada un recorrido más o menos igual al oficial del día de salida. De igual modo, los pasos de palio también suelen ensayar varias veces las salidas desde el templo.

Terminados los ensayos, solo queda realizar la mudá, como se conoce al traslado del paso de salida hasta el interior del templo para que sea preparado y quede a la espera de realizar estación de penitencia, siempre que el tiempo lo permita.