Málaga

"Siempre he propuesto un modelo más simple y alternativo acorde con la UE"

  • El hasta hoy director general del organismo asegura que los que dicen que no va a cambiar nada con el nuevo modelo de gestión del agua centralizado en Sevilla "no saben de lo que están hablando"

Antonio Rodríguez Leal ha dirigido durante cuatro años y medio la Cuenca Mediterránea Andaluza, heredera de la extinta Confederación Hidrográfica del Sur, en los que ha tenido que hacer frente a una grave sequía y ahora a la desaparición de este organismo que siempre ha tenido su sede en Málaga. Hoy está previsto que sea destituido de su cargo y no esconde su oposición al nuevo modelo de gestión que ha aprobado la Junta. Aún no ha decidido qué hará a partir de ahora, aunque sueña con acabar su carrera profesional dedicado a la gestión deportiva.

-¿Qué balance hace de este tiempo al frente del organismo?

-En lo personal ha sido una experiencia maravillosa. Me voy muy agradecido por la experiencia que he podido disfrutar. En cuanto a la gestión, la transferencia de la Confederación Hidrográfica del Sur a la Junta no fue fácil. Si no llegamos a contar con la colaboración de los sindicatos, el proceso de adaptación hubiera sido aún más complicado. Como en toda gestión humana, han quedado cosas pendientes y otras que se han hecho mal.

-¿Qué es lo que falló en el proceso de transferencia?

-La negociación fue bastante dura y la transferencia que el Estado al final acordó con la Junta nos pareció bastante escasa en cuanto a la dotación económica. Sólo se pasaron 69 millones de euros, y con eso tuvimos que echar a andar.

-Eso hizo que muchos de los proyectos que estaban comprometidos en la provincia se quedaran por el camino...

-Cuando llegamos aquí nos encontramos con convenios firmados días después de que el PP perdiera las elecciones y que tuvimos que asumir por propia responsabilidad institucional, pero que eran un verdadero regalo envenenado. Nos encontramos con compromisos valorados en 335 millones de euros mientras que fueron transferidos sólo 93. Tuvimos que recoger esos convenios e irlos desarrollando con cierta parsimonia para elegir aquellas actuaciones que fueran coherentes con los objetivos de la Unión Europea para emplear estos fondos en la reforestación hidrológica-forestal y no en polideportivos ni puentes. Cuando tienes que contar con un 25% de financiación de los ayuntamientos es muy difícil llevarlo a la práctica y eso nos ha obligado a ir pactando actuaciones que no son del todo las que desearíamos pero sí las más viables. Hemos hecho lo que hemos podido con los recursos que teníamos y lógicamente hay muchas actuaciones que han quedado postergadas.

-¿La cuenca mediterránea perdió o ganó con la transferencia de competencias a la comunidad?

-En la práctica seguimos funcionando con el mismo modelo de la extinta Confederación hasta que los 600 profesionales que se habían transferido se fraccionaron en las cuatro direcciones provinciales que se crearon después. En cuanto a Málaga, perdió algunas de las competencias, pero ganó en capacidad de gestionar más dinero.

-Pero ahora lo volverá a perder con el nuevo modelo de gestión...

-Esa será una de las principales consecuencias porque los fondos van a ser gestionados desde la mesa de contratación de la propia Agencia Andaluza del Agua en Sevilla. No sé sí con el nuevo modelo Málaga saldrá perjudicada pero en este tiempo la primera provincia en ratio inversora ha sido Almería, con lo que queda claro que no hemos barrido sólo para casa aunque nos hayan acusado de eso.

-¿Por qué se opone a este nuevo modelo de gestión?

-Siempre he propuesto un modelo alternativo más simple y eficaz. Pero mi opinión ha quedado postergada en favor de otras opciones que son las que finalmente se han plasmado en los estatutos. Creo que en Andalucía bastaba con una dirección gerencia de rango superior que dictara instrucciones sobre tres grandes direcciones generales que abarcaran la gestión íntegra de las tres cuencas existentes. Es un modelo más sencillo y más acorde con lo que la directiva marco manifiesta. No ha sido así y ahora nos toca aceptarlo de buen grado y colaborar para que el nuevo modelo se ponga en marcha con la menor de las dificultades. Lógicamente Málaga pierde competencias porque se van a distribuir en las cuatro direcciones generales que se crean en Sevilla y los recursos económicos se gestionarán desde allí. Hubiera sido menos confuso el otro modelo, pero habrá que darle un tiempo para ver los resultados y poder comparar.

-¿Por qué cree que no ha habido transparencia a la hora de explicar esta nueva forma de organización?

-Es un tema muy complejo técnicamente y a la hora de trasladarlo a la opinión pública es confuso. Se emplean conceptos nuevos como los de distrito hidrográfico que pueden confundir a personas que no han estado tan implicadas en este debate. Cuando se dice que con el nuevo modelo no va a cambiar nada es porque no se sabe sobre lo que se está hablando, aunque no creo que exista ninguna intención de mentir o confundir.

-¿Cuál ha sido el momento más difícil al que ha tenido que enfrentarse en estos cuatro años y medio?

-La gestión de una sequía muy dura donde había que contar con la colaboración de las instituciones y agentes sociales e intentar que en ese momento prevaleciera el interés público sobre el particular. No ha sido fácil de apelar a la solidaridad y generosidad y dejar a un lado el interés económico de las grandes empresas suministradoras.

-De hecho, fue el primer reto al que tuvo que enfrentarse...

-Sí, y eso ha marcado la gestión de todo y ha hecho que pasen desapercibidas cosas muy importantes que se han ejecutado en este tiempo como el impulso al saneamiento integral de la costa, aunque se haya criticado tanto.

-¿Se va con la sensación de que se ha dejado algo por hacer?

-Sí, muchas cosas porque cuando hay que coordinar órganos directivos de distintos rango y con ubicaciones distintas no es fácil. Pero creo que hemos hecho más de lo que podíamos en las circunstancias en las que quedó esta dirección general después de ser transferida. No ha sido fácil atender tantos frentes y salir con una imagen decorosa.

-Lo que más se le ha reprochado en este tiempo es que ha dejado en el tintero grandes infraestructuras como el recrecimiento de la presa de La Concepción...

-La política hidrológica en España en 2004 ponía énfasis en mejorar la gestión de los recursos existentes con un rechazo generalizado a las grandes infraestructuras. Y ese primer periodo ha marcado el carácter de nuestras actuaciones. Se ha hecho una apuesta clara por la desalación como fuente de abastecimiento inagotable, con independencia de que se afronte el recrecimiento de esta presa. Yo lo he intentado impulsar en este tiempo y no me lo han permitido, pero en su momento se tendrá que hacer.

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