La voz en el Teatro Cervantes suena a notable alto

El speaker que anima los partidos del Unicaja en el palacio de deportes José María Martín Carpena ha conseguido acompasar la voz para compensar los elementos y a pesar de la mala acústica del recinto hacerse entender. Los sacerdotes conforman el colectivo que se vio obligado primero a doblegar las condiciones arquitectónicas para que la prédica no quedara flotando ininteligible sobre un magma de reverberaciones y ecos.

A pesar de que tradicionalmente los templos religiosos son considerados los espacios con mejor acústica, numerosos tienen deficiencias evidentes que sólo la experiencia del oficiante consigue superar. "Por eso muchas veces cuando oímos al sacerdote podemos entenderlo, porque sabe cómo modular la voz, hacer las pausas y flexiones para que el sonido sea inteligible. Sin embargo, cuando lee alguna otra persona ya es imposible de entender. A lo mejor el gregoriano se oye fenomenal en una iglesia pero la palabra no tanto", apunta Carlos Martín de la empresa malagueña Genuix, especializada en soluciones de sonido.

Esta empresa alumbrada en la universidad ha colaborado con el Departamento de Ingeniería de las Comunicaciones de la Universidad de Málaga (UMA) para que alumnos de la ingeniería técnica de Imagen y Sonido puedan realizar su proyecto de fin de carrera sobre la realidad y no en un laboratorio, como sucede en un importante número de ocasiones.

Así, María Ángeles Céspedes y Maite Anaya han analizado la acústica del Teatro Cervantes o los auditorios del Centro Cultural Provincial, el Palacio de Ferias de Málaga o Las Lagunas, en Mijas.

En el caso del Teatro Cervantes se realizaron las medidas e hicieron los cálculos acústicos para compararlos con los valores que se consideraban óptimos para funciones teatrales habladas sin equipos de amplificación. Y la calificación final es "de ocho", apunta María Ángeles Céspedes.

El único pero que se ha encontrado en este estudio "y es muy menor", según la experta, es un "tiempo de reverberación del sonido un poco elevado. La palabra necesita menos reverberación que la música". Esta circunstancia que le hace perder claridad, si bien gana en sonoridad, o sea en la amplificación del sonido en el espacio.

Y como pista para los usuarios, el estudio confirma que es mejor buscar localidades próximas al escenario, donde el sonido es mejor que, por ejemplo, en el paraíso, demasiado alejado ya para que llegue en condiciones ideales.

En el Centro Cultural Provincial María Ángeles Céspedes admite que le llamó la atención su buena acústica, si bien las paredes paralelas provocan algunos ecos flotantes en las filas medias.

Sin embargo, una de las mayores sorpresas se la llevó Maite Anaya en el teatro de Las Lagunas de Mijas, donde las características arquitectónicas y diseño del edificio permiten que el sonido sea mejor en el anfiteatro de la primera planta, alejado por tanto de la fuente de sonido, que incluso en las primeras filas. "A pesar de la distancia hay más claridad y sonoridad" y aún cuando la teoría dice que los palcos tienden a restar calidad al sonido envolvente "en este caso es bastante bueno".

El auditorio número 1 del Palacio de Ferias y Congresos de Málaga, el de mayor capacidad del complejo, también ha sido sometido a análisis por Maite Anaya. En este caso se ha partido de un criterio polivalente, buscando parámetros susceptibles de adaptarse tanto a la palabra como a la música. Así se observó que la reverberación, magnitud que mide el intervalo de tiempo que transcurre desde que se interrumpe la fuente de sonido hasta que éste cae 60 decibelios, es baja, y también la capacidad envolvente.

Además, ha constatado que a partir de los 24 metros de distancia del escenario la claridad musical y la amplificación natural mínimas exigibles no se alcanzan. No obstante, se trata de pegas que se pueden superar con equipos de sonido e, incluso, con el mobiliario, que en función de los materiales que utilice es capaz contrarrestar las cualidades acústicas de la arquitectura.

Por otra parte, la empresa Genuix, cuya actividad principal se centra en mediciones, diseño e instalaciones de sonido, ha abierto también una línea de investigación a partir de otra idea surgida en la UMA para detectar en tiempo real los fallos de funcionamiento de los sistemas de sonido. Hasta ahora se ha desarrollado el software, que está en proceso de patentar, y ahora trabaja en el hardware con el fin de lograr un aparato de bajo coste que detecte en el momento las de los grandes equipos. "Es una herramienta que puede ser de gran utilidad en los grandes recintos públicos que utilizan puntualmente la megafonía para hacer llegar mensajes a los usuarios".