Temor en el PTA a los perros salvajes y las ocas

Son cuatro o cinco perros, están asilvestrados y están causando miedo entre los trabajadores del Parque Tecnológico de Andalucía hasta el punto que incluso se han producido ataques y agresiones. La tecnópolis es una gran ciudad en la que pasean como reyes perros abandonados que intimidan a numerosos empleados, sobre todo a aquellos que aparcan el coche lejos de sus empresas por la falta de espacio y tienen que hacer el recorrido andando.

María José Pintor es una de ellas. Trabaja en Isofotón y asegura que le dan pavor los perros. Tampoco le ha ayudado la visión de las heridas que uno de esos canes le produjo el pasado 9 de mayo a dos compañeros suyos. Pintor relata que ese día otra trabajadora de Isofotón paseaba hacia el centro de trabajo y vio varios perros enfrente de la empresa. "Pasó y uno de ellos le mordió en el muslo. La tuvieron que llevar al Clínico donde le hicieron todo tipo de curas, le han puesto cuatro inyecciones y un tratamiento de dos semanas de antibiótico", narra Pintor. Ese mismo día, según esta empleada, otro joven fue atacado por la misma jauría aunque en esta ocasión el chico se defendió a patadas y "apareció con los pantalones rajados".

"Yo todos los días ando sola por esa zona y me dan pánico los perros", continúa Pintor, quien exige más seguridad a los gestores del Parque Tecnológico. De hecho, esta empleada asegura que fue a poner una hoja de reclamaciones en la sede del PTA "pero me dijeron que no había, que pusiera una sugerencia en la página web".

Adrián Muñoz trabaja en AT4 Wireless, es miembro de la Coordinadora de Comités de Empresa del PTA y también ha visto a los perros. "Eran cuatro perros que estaban junto a una hembra que estaba pariendo, por lo que estaban todos muy nerviosos y atacaban a cualquiera que pasara cerca", explica, a la vez que muestra su preocupación porque "van sin bozal y pueden morder", si bien reconoce que desde su organización no han hecho ninguna reclamación formal al PTA para que analice estas situaciones.

Tampoco es necesario porque Felipe Romera, director general del PTA, lo conoce perfectamente. "El parque tiene 200 hectáreas y hay mucha gente que abandona aquí los perros, convirtiéndose en salvajes", explica Romera, quien destaca que este fenómeno "se produce desde siempre". También hay varios cortijos cercanos y los canes se escapan. En esos casos, el máximo responsable de la tecnópolis afirma que llaman a la perrera para que los recoja. "Nos hemos pasado la vida en el PTA cazando perros pero no es fácil", añade.

Los perros son peligrosos y ya han lastimado a personas, pero no son los únicos animales que pueden causar problemas. María José Pintor advierte incluso del ataque de las ocas que están en el lago. "Hay tres y llevan menos de un año. Cuando uno baja por el puente se lanzan a por ti imagino que para que les des comida pero se ponen muy agresivas. Yo le lancé lo que llevaba y salí corriendo", cuenta Pintor. "Hay ocas que cuando comes allí se te tiran a los pies y que campan completamente a sus anchas", continúa Muñoz.

El PTA es casi un arca de Noé donde, según Romera, "tenemos 100 aves diferentes, conejos, liebres, perdices... pero salvo los perros ninguno es peligroso". No obstante, hay temor entre los trabajadores. "Además de nosotros hay familias que llevan a sus niños al lago, otras personas que vienen a hacer footing desde las localidades cercanas y me temo que van a esperar a que pase una desgracia para que se tomen medidas porque ahora mismo estamos totalmente vendidos", lamenta Pintor.