Terapeutas que fueron adictos, una técnica que funciona

T. Díaz (Efe) Málaga

31 de mayo 2015 - 01:00

Terapeutas que son adictos recuperados. Esa es la seña de identidad de los centros de tratamiento de adicciones del Instituto Castelao, y también la clave de su éxito: más de un 85% de pacientes recuperados y reinsertados a su entorno familiar y social. El artífice de este proyecto: Francisco Carrillo, un alcohólico rehabilitado que lleva casi una década sin consumir y que ha puesto su experiencia al servicio de la recuperación de quienes como él se metieron en un pozo del que se sienten incapaces de salir por sí mismos.

En España, se estima que entre el 5 y el 10 % de la población (en torno a tres millones de personas) padecen adicción a sustancias psicoactivas como alcohol, cocaína, cannabis y otras. Carrillo insiste una y otra vez en que la adicción es una enfermedad mental y como tal requiere tratamiento. "No somos viciosos; la adicción es una disfunción neuronal y hay una predisposición a ella", subraya este exempresario metido a rehabilitador.

Una patología crónica al igual que la hipertensión o la diabetes, aseguran los adictos que, siguen considerándose así aunque lleven años sin consumir, porque la enfermedad está siempre presente. "Pero es recuperable". Este es el mensaje que Carrillo quiere que llegue a la sociedad: "si el paciente se pone en tratamiento tiene un 85 % de posibilidades de recuperarse".

Por ello y para contribuir a paliar "el vacío sanitario" que hay en España en este tema, en 2009 abrió un centro en La Coruña. Y seis años después lo ha hecho en Málaga, junto a la playa de Almayate. Su próximo proyecto es construir otro en Alicante, que probablemente verá la luz en diciembre, y seguir la expansión por todo el país, siempre en entornos marítimos.

El tratamiento Castelao -una metodología inspirada en la experiencia del modelo Minnesota, que a su vez se basa en el programa de Alcohólicos Anónimos-, está dirigido por un equipo médico que trabaja en estrecha colaboración con terapeutas adictos recuperados. Como Ernesto Alcaide, director terapéutico del centro de Málaga, para quien el buen terapeuta "debe ser capaz de transmitir a los enfermos que también él rió y lloró" durante las sesiones.

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