Trato centenario 'contra' Ikea
José Davó inauguró una tienda dedicada a la venta al por mayor de zapatillas de yute en 1886 en la calle Ollerías y, 126 años después, es un negocio de muebles muy vivo gestionado por la cuarta generación
En un momento en el que parece que la única empresa que vende muebles en el mundo es Ikea coexisten, afortunadamente para la libre competencia, numerosas tiendas de barrio en Málaga que sobreviven como pueden a los envites de las grandes multinacionales. Una de ellas es incluso centenaria, lo que tiene aún más mérito si cabe. Se llama Hijos de Manuel Davó, está en calle Carretería y se fundó nada más y nada menos que en 1886. Hoy en día está siendo gestionada por la cuarta generación y hay una quinta que no acaba de decidirse a continuar la labor iniciada por José Davó Mosxica a finales del siglo XIX.
El fundador nació en la localidad alicantina de Crevillente en 1844 aunque vino joven a Málaga y abrió un negocio en la calle Ollerías, en 1886, dedicado a la venta al por mayor de zapatillas de yute. A comienzos del siglo XX se trasladó a otro local en la calle Torrijos, actualmente conocida como Carretería, y pasó a llamar al negocio El Globo, especializándose en la comercialización de crin vegetal, borra y lana para colchones. "Esta calle era muy importante a principios del siglo pasado. La Málaga comercial estaba afincada en el centro y luego se fue extendiendo por los arrabales. Carretería, calle Larios y Nueva eran la zona de mayor auge comercial", explica Pedro Davó, bisnieto del creador de la empresa y actual gerente.
Unos años más tarde empezó a regentar el establecimiento un hijo del fundador, Manuel Davó de Casas, e incorporó baúles, camas de hierro, sillería o lavabos. Los años 50, 60 y 70 fueron dorados para esta compañía, aprovechando la creación de nuevas barriadas en la capital y el despertar turístico de la costa. "Había pocas tiendas de muebles en aquella época y llegamos a tener seis establecimientos en calle Carretería entre mi abuelo y mi padre. En aquel momento el comercio apostaba por el centro de Málaga y por Carretería", añade Davó.
Actualmente la empresa se llama Hijos de Manuel Davó y aguanta satisfactoriamente pese a que "la competencia es feroz". La clave del éxito es, según su propietario, "dar la máxima atención personal y pormenorizada, un servicio directo al cliente y ofrecer un producto económico".
La experiencia es un grado y ahí tiene mucho ganado esta empresa familiar. Davó señala que han comprado muebles en su tienda "abuelos, padres, hijos y nietos y eso es muy bonito y gratificante".
La cercanía y la confianza con la clientela es importante, pero una empresa no se puede dormir en los laureles. Se han tenido que adaptar a los nuevos tiempos y, por ejemplo, cuentan con una página en internet y están estudiando la posibilidad de hacer venta on line, aunque a Davó no le acaba de convencer "porque no puedes comprobar la calidad o la textura de un tejido a través de una pantalla de ordenador. Es muy frío". También realiza de vez en cuando campañas publicitarias mediante buzoneo o en los medios de comunicación para demostrar que la tienda sigue muy viva.
Pedro Davó tiene hijos estudiantes y no sabe si éstos querrán continuar con el negocio. "La ilusión está ahí. Creo que va a ser difícil durar otros 100 años pero espero que nos queden muchos por delante. Hemos visto a la ciudad extenderse y hemos participado en ese crecimiento amueblando las viviendas", narra orgulloso. Ikea va a tener que luchar mucho para acabar con esta empresa centenaria.
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