La constructora Sando será la encargada de ejecutar el gran huerto comunitario planteado por la Universidad de Málaga sobre una parcela de algo más de 22.100 metros cuadrados entre el bulevar Louis Pasteur, la Avenida Blas Infante y la calle Jiménez Fraud. La firma malagueña ha sido finalmente la seleccionada por la institución académica en el marco de un concurso al que concurrieron otras seis firmas. Su oferta obtiene una puntuación de 85,29 puntos, situando el coste de la operación en poco más de 992.000 euros (820.000 euros de principal más 172.220 de IVA), con un plazo de obras de seis meses.

De acuerdo con el pliego de condiciones técnicas que rigió el procedimiento, la actuación se desarrollará en cuatro fases, correspondiendo cada una de ellas a una etapa de ampliación. Una de las particularidades del proyecto, diseñado por el arquitecto Alberto García Marín, es que busca generar un recinto en el que tenga cabida la estancia y el descanso, con parques para niños, con el cultivo de productos ecológicos abierto a los estudiantes y a los vecinos de los barrios más próximos. A esto se añade una apuesta por un escenario que da cabida también a la docencia y la investigación.

Diseño de la actuación contemplada por la Universidad.

Entre los elementos llamativos se incluye una pasarela peatonal con el que salvar el arroyo Zapatero, que será limpiado y replantado. Conforme al cronograma incluido por el equipo redactor, la primera de las etapas a desarrollar se vincula con el huerto comunitario, con una extensión de 2.500 metros cuadrados, al que le seguirá un huerto de investigación, con 13.000 metros cuadrados; la intervención sobre el arroyo, que afecta a un espacio de 3.000 metros, y la conexión del aulario Rosa Gálvez con la Escuela Técnica Superior de Telecomunicaciones (3.423 metros cuadrados).

A estas cuatro etapas se incorpora una quinta correspondiente a la propuesta de modificación del vial Jiménez Fraud para generar una "arboleda sensorial". Cada una de estas fases tiene una duración de 180 días. El objetivo que se marca la UMA es "crear un espacio verde amable, que pueda disfrutar tanto la comunidad docente como los habitantes del barrio, valiéndonos del excelente clima y una configuración paisajística basada en una combinación de especies autóctonas".

"Estancia y recorrido quedan cualificados por un ambiente amable, anclado a nuestra cultura mediterránea, que sirve de reclamo para la vida colectiva propia de una comunidad docente que comparte el espacio con los habitantes del barrio adyacente, y a su vez proporciona un escenario natural que facilita la concentración y el estudio de los usuarios", apostillan los encargados del proyecto.

Conforme al modelo contemplado, el nuevo huerto comunitario se abre para que las personas "pueden desarrollar diferentes actividades al aire libre envueltas de un mundo de sensaciones que tramiten cada una de las especies vegetales seleccionadas". Para ello, se propone una zona de producción agrícola para los estudiantes, personal de la UMA y las familias del barrio, buscando con ello un consumo saludable y utilizando agua reutilizada de lluvia y que se energéticamente autosuficiente.