La UMA aprueba al 70% de los alumnos que acuden a un examen

Solo cuatro carreras de 59 se sitúan por debajo de este índice de éxito académico La universidad vincula el 30% de los recursos de los departamentos a estos objetivos

La UMA aprueba al 70% de los alumnos que acuden a un examen
Encarna Maldonado Málaga

20 de marzo 2015 - 01:00

Los estudiantes de la Universidad de Málaga aprueban el 70% de las materias de las que se examinan. El curso pasado concluyó con una de las mejores tasas de éxito académico que se recuerdan prácticamente en todas las carreras. La opinión en la comunidad universitaria es unánime: la proporción de alumnos que aprueban es mayor con el plan Bolonia y los resultados del año pasado son los mejores. El por qué es otra cuestión.

Todas las titulaciones de la Universidad de Málaga (UMA) aumentaron el curso pasado sus aprobados. La proporción de 70% de créditos superados se alcanzó o superó en 55 carreras. Solo cinco titulaciones quedaron por debajo de este umbral. Sorpresivamente, las carreras técnicas, siempre las más difíciles y tradicionalmente con elevados índices de suspensos, figuran entre las que más han avanzado. También eran las que partían de índices más discretos.

Un ejemplo significativo es Ingeniería Telemática. Los alumnos de esta carrera superaron en el curso 2012/2013 el 46,6% de los créditos de los que se examinaron. El año pasado, sin embargo, aprobaron el 73,3%. Es decir, los aprobados han subido un 57%. En parámetros parecidos se han movido también los grados en Ingeniería Eléctrica (ha pasado de 49 % de créditos aprobados a casi 69%), Electrónica Industrial (de 50% a 72%), Mecánica (de 53% a 73%, Sistemas de Telecomunicación (de 50% a 70%) o, finalmente, Ingeniería de la Salud (de 53% a 62%).

Alejandro Rodríguez, director de la Escuela Politécnica, observa este cambio con optimismo. "Hace bueno el trabajo del profesor y el trabajo del estudiante", subraya. Hecha esta apreciación reconoce que la decisión de la Universidad de Málaga de vincular el 30% de la financiación de los departamentos a los resultados de los alumnos con el objetivo, precisamente, de alcanzar el 70% de créditos superados no es ajena a este cambio. "Hay que ser críticos", dice, aunque puntualiza que en ningún caso se ha bajado el nivel. "Únicamente se ha puesto el asunto del éxito y el rendimiento académico bajo el foco".

Las universidades nunca se habían ocupado hasta ahora de los resultados de sus estudiantes. "Cuando en 2009 elaboramos las memorias para verificar los grados en el plan Bolonia debíamos plantear objetivos de éxito y rendimiento. Estábamos preocupados porque no teníamos datos y nos daba miedo plantear objetivos que no fuésemos capaces de alcanzar porque, no nos engañemos, las ingenierías son estudios complicados", recuerda el director de la Escuela Politécnica. Incluso las encuestas de prospectiva que la Universidad de Málaga hace cada año no han estado a disposición de los departamentos prácticamente hasta hace un par de años.

De ese escenario se ha pasado a una nueva cultura en la que los resultados ocupan y preocupan, un escenario en el que no se acepta que un docente alardee de las cosechas de suspensos que consigue.

"Ha sido interesante que se pusiera el foco sobre este asunto, pero otra cosa es que ahora se pretendan mejorar cada año los resultados, porque entonces desviaríamos los objetivos de calidad. Los ingenieros tienen atribuciones profesionales y cuando salen al mercado tienen que estar preparados. El nivel no puede bajar", explica Alejandro Rodríguez.

El director de la Politécnica subraya que hasta ahora estos objetivos académicos vinculados a la financiación de los departamentos no ha introducido vicios en el sistema. "El nivel no ha bajado, solo se ha puesto el acento en la calidad pero nadie está presionando para que se apruebe más exigiendo menos. Yo pertenezco al Departamento de Ingeniería Eléctrica y nadie me ha dicho nunca nada en ese sentido ni se lo he oído decir jamás a ningún compañero".

"Que a la universidad le preocupen las tasas está bien, pero que se vinculen al presupuesto de los departamentos no me gusta. Creo que no proyecta una imagen buena", opina, en cambio, Rafael Godoy, subdirector de Estudiantes de la Escuela de Telecomunicaciones y profesor del Departamento de Ingeniería de las Telecomunicaciones. Desde su punto de vista es mucho más efectivo que estos resultados sean públicos (de hecho hace dos años que se publican puntualmente en la web de la UMA).

En cualquier caso, el subdirector de Estudiantes de Telecomunicaciones aplaude el interés por los resultados académicos, si bien advierte del error de "asociar, sin mayor análisis, malas tasas con mala docencia". Recuerda que las ingenierías tienen aspectos "áridos y complejos, muchas veces muy alejados del perfil y de las capacidades que tienen los estudiantes de bachillerato que llegan. Esto hace que, sobre todo en los dos primeros cursos, haya asignaturas en las que el alumno se encuentra con muchos problemas para superarlas. Esto ha sido siempre así y, probablemente, seguirá . No tiene que deberse a mala disposición del estudiante ni a un mal trabajo del docente".

La comparación de los resultados académicos de los últimos dos años, no obstante, tiene algunos matices porque los datos correspondientes a 2012/2013 únicamente comprenden tres cursos del plan Bolonia (que comenzó en 2010/2011), mientras que los del año pasado incluyen los cuatro cursos. Este hecho es significativo porque el primer curso universitario es el que cosecha más fracasos, unas veces porque los estudiantes no consiguen hacerse con el nivel académico que se les exige, sobre todo en materias como matemáticas y física, y otras porque llegan sin vocación o con una idea equivocada de la carrera elegida y, finalmente, descubren que no les gusta. "El que pasa a segundo, termina los estudios", resume Francisco José Palma, decano de la Facultad de Ciencias, en alusión a la criba que se realiza en primero y a su impacto negativo en los resultados generales.

En sentido contrario, los resultados de los alumnos de cuarto en los datos de 2013/2014 son relevantes: "Los estudiantes de cuarto están motivados, se encuentran con materias optativas en las que tienen interés y su relación con el profesor es muy personal. Yo imparto en este curso la asignatura Equipos de radio comunicación. Tengo 10 alumnos. Han aprobado nueve. Hay estudiantes que han conseguido notable, sobresaliente y uno, matrícula", subraya Rafael Godoy.

Ernesto Pimentel, director de la Escuela de Informática, coincide con este punto de vista cuando resalta, por ejemplo, cómo el plan Bolonia ha permitido corregir deficiencias anteriores al integrar mejor el proyecto de fin de grado. "Se ha diseñado de tal manera que para el último curso se dejan materias más accesibles, prácticas y el trabajo final", al tiempo que durante el trayecto recorrido por los nuevos planes de estudio desde que se pusieron en marcha en 2010 se han efectuado reajustes y se han limado los escollos que entorpecían el avance de los estudiantes.

Los cambios de metodología que ha implicado Bolonia es un asunto sobre el que hay unanimidad. "Bolonia no ha sido solo un cambio de estructura y contenidos, sino, sobre todo, de mentalidad y metodología docente", apunta Ernesto Pimentel. "La evaluación continua hace que los chicos consigan un cierto porcentaje de la nota a través del trabajo diario y no lo fíen todo al examen final", explica Rafael Godoy.

En cualquier caso, profesores y departamentos están ahora pendientes de las tasas. "Nosotros llevamos el análisis de los resultados no solo a las titulaciones, también a las asignaturas. Las reuniones para tratar estos asuntos son constantes", indica el decano de Ciencias coincidiendo con el resto de los responsables académicos.

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