I+D+i en la Universidad de Málaga

La UMA participa en un estudio que analiza el paronama educativo tras la pandemia

  • Han participado más de 5.000 docente a los que preocupa la motivación del alumnado

  • El profesorado es muy consciente de que la escuela es clave frente a las desigualdades

Niños junto a la maestra en un colegio de Infantil y Primaria en Málaga capital.

Niños junto a la maestra en un colegio de Infantil y Primaria en Málaga capital. / Javier Albiñana (Málaga)

EL próximo septiembre será, quizás, el más duro de la historia escolar reciente. Supondrá volver a una normalidad sin normalidad, con mascarillas y geles, con distancias y falta de contacto físico, con el temor a rebrotes y contagios y, sobre todo, con el miedo a que todo se paralice de nuevo.

Ante esa incertidumbre, deberá estar listo un posible regreso a la enseñanza virtual, con los inconvenientes que eso plantea para muchos niños. El panorama de la educación en España tras la pandemia se presenta incierto y aportar algunas claves es lo que ha pretendido un exhaustivo estudio en el que ha colaborado la Universidad de Málaga.

Se trata de un trabajo liderado por el profesor de la Universidad de Granada Fernando Trujillo, en el que ha participado el investigador de la UMA Manuel Fernández, de la Facultad de Ciencias de la Educación, que está patrocinado por Acción Magistral, la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) y el BBVA.

En este trabajo han colaborado más de 5.000 docentes. “En España no se ha hecho nada del estilo de algo tan importante como el Covid-19”, explica Manuel Fernández, profesor ayudante doctor de Didáctica y Organización Escolar.

El investigador considera que “es un estudio muy completo porque es mixto, incluye una parte cuantitativa, estadística, y otra cualitativa, por tanto la visión que da es bastante amplia y sincera, profunda, y nos sirve para hacer una cartografía de lo que piensa el profesorado, lo que le preocupa y la incertidumbre basada en su experiencia durante el confinamiento”, agrega el investigador. El informe completo, de 176 páginas ya está publicado, al igual que un resumen ejecutivo y todas las tablas de análisis estadístico, que también se encuentran a libre disposición.

Uno de los gráficos del estudio. Uno de los gráficos del estudio.

Uno de los gráficos del estudio.

“Nos sentimos privilegiados porque ha sido una oportunidad única de estudio”, indica el profesor. El cuestionario se ha dividido en cinco bloques y se han planteado preguntas cerradas para hacer el análisis estadístico y abiertas en las que cada participante ha podido plantear sus temores con libertad.

“Algunas respuestas nos han resultado muy interesantes, porque no creíamos que iba a estar tan marcadas preocupaciones como la motivación del alumnado, que es algo recurrente”, indica Fernández. “El confinamiento ha pasado factura a la comunidad educativa en general, profesores, familias y alumnado y no saben qué se van a encontrar el próximo curso”, destaca el docente.

Y si la brecha digital es una preocupación evidente, más que eso “el profesorado es muy consciente del tema de la justicia social, de que la misión de la escuela es compensar la desigualdad social y que la educación es la última puerta para luchar contra ella”.

El investigador destaca que “primero hay que garantizar una condición de acceso, pero luego una vez que he accedido, habrá que ver cómo es esa educación y si me permite compensar esas desigualdades, el profesorado está muy preocupado con esto”, añade.

Según las interpretaciones obtenidas del estudio, también la pandemia ha servido para “poner a prueba lo que pensaban, valorar más aún la necesidad de respuesta del alumno, saber cómo están, el rol que tiene el aprendizaje emocional y la importancia de la autonomía del estudiante, podría parecer que todo esto era menos importante que enseñar a hacer la raíz cuadrada y han visto que no”, señala el investigador. Fernández también subraya que el cambio de un día para otro de la docencia presencial a la virtual ha sido muy duro para los docentes.

“Desilusión, desconfianza, desgaste y desencanto con todo”, esto es lo que dejan claro en sus respuestas, según afirma el profesor de la UMA. “En general han hecho una labor encomiable, sacando horas de donde no las tenían, han dedicado una gran cantidad de tiempo al teletrabajo fuera del horario, a costa de sus vidas personales. La instrucción fue de hoy para mañana, de presencial a virtual, sin formación específica, sin recursos, con plataformas que no funcionaban, sin ayuda de ningún tipo, y los niños han terminado el curso. Pero ellos están agotados”, sostiene Fernández.

Peticiones del profesorado para el próximo curso. Peticiones del profesorado para el próximo curso.

Peticiones del profesorado para el próximo curso.

Esto ha provocado, asegura, que la relación con la administración se haya tensado “hasta un punto cercano de ruptura importante, la administración debería de abordar estas cuestiones porque son urgentes”, señala el investigador de la UMA. Igualmente apunta que todos los participantes destacan la diferencia que existe entre la percepción de las infraestructuras que tiene la administración y la realidad de las mismas.

“Existe un problema de infraestructuras que es muy importante porque es requisito para poder cumplir las medidas sanitarias, pero todos son conscientes de que la realidad es que el espacio no va a permitir cumplir el distanciamiento porque antes que esto empezaran ya estaban al máximo de su capacidad, llevan años desbordados”.

La bajada de la ratio y el consiguiente aumento de las plantillas es otra reivindicación clásica que ahora cobra un especial sentido para conseguir contener el contagio del virus. “Si la educación es importante a nivel discursivo en los políticos eso tiene que tener un reflejo en inversión, no se puede hacer a coste cero, hace falta no solo no recortar sino invertir para hacer efectivas las medidas de obligado cumplimiento o van a ser papel mojado”, considera Fernández. Sin embargo, apunta, “parece que se va a recurrir a la autonomía de los centros y que se las ingenien como puedan”.

Otra problemática que destaca el estudio es la gran carga burocrática que afrontan y que quita tiempo “para repensar en una docencia de mayor calidad”. El profesor de la UMA reitera que “para el curso que viene está todo un poco en el aire, ni dotaciones a los centros, ni bajada de ratio, ni reducción de la burocracia, tristemente después de lo que nos ha pasado no aprendemos”. Y subraya que con el estudio se ha pretendido ofrecer un análisis profundo para que pueda guiar la toma de decisiones.

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