Málaga

La UMA levanta un edificio con 29 contenedores de barco

  • La Universidad opta por la fórmula de la arquitectura efímera para dotar al Jardín Botánico de un centro que contendrá aulas, laboratorios y sala de exposiciones

La Universidad de Málaga se apunta a la arquitectura efímera. En noviembre del año pasado abrió el Espaciu, la sala expositiva del centro de iniciativas culturales, construido con diez contenedores de transporte marítimo usados. Ahora, todo un inmueble de dos plantas y 780 metros de superficie.

Se trata del edificio del Jardín Botánico universitario que albergará una sala de exposiciones, espacios de investigación, laboratorios, aulas y almacenes.

La construcción del edificio del Jardín Botánico necesitará 29 contenedores de 30 metros cuadrados de superficie cada uno que se traerán expresamente desde el puerto de Algeciras para este proyecto que dirige el arquitecto Alberto Campo, que también diseñó el Espaciu.

El profesor de Biología Vegetal de la UMA y director del Jardín Botánico, Alfredo Asensi, indica que se optó por este tipo de arquitectura después de barajar otras fórmulas porque ofrece la ventaja de ser muy barata. "Cuesta la mitad que la convencional", apunta. De hecho, el presupuesto que maneja la Fundación General de la Universidad para esta iniciativa es de 400.000 euros.

Además, levantar estas contrucciones es muy rápido. Este edificio estará listo en apenas tres meses. Aunque los trabajos acaban de comenzar la inauguración oficial está prevista para junio.

En estos proyectos no es necesario edificar grandes cimentaciones. Es tiempo y dinero que se ahorra. Sólo requiere una plataforma de hormigón sobre la que se colocan los contenedores "como si fueran piezas de lego", dice el arquitecto Alberto Campo.

El fundamento de la arquitectura de contenedores "es la deconstrucción. Hay que quitar paneles, sumar secciones de acero, para hacer un nuevo contenedor", según Alberto Campo, quien destaca que la clave es "la modulación, la suma de vacíos. Constructivamente, con una sola pieza se resuelven todos los sistemas de un edificio: cubiertas, paredes y suelo".

Posteriormente, se instalan materiales aislantes y se recubren las paredes, techos y suelos que, además, contienen las instalaciones eléctricas, de agua y saneamientos.

Estas arquitecturas también tienen otras ventajas adicionales, porque "contribuyen a la reutilización de productos de desecho", como son los contenedores ya obsoletos, matiza Asensi. El arquitecto Alberto Campo calcula que aproximadamente el 70 por ciento de los materiales utilizados en la construcción del inmueble serán reciclados. De hecho, la zahorra utilizada en la parcela "procede de material de derribo", explica Jesús Ramos, director del Espaciu, que se encargará de supervisar el montaje de los receptáculos en el Jardín botánico, dada su experiencia en el Espaciu.

De esta forma, Málaga es el primer punto de España en el que se aplica esta solución de arquitectura efímera en un edificio de uso y financiación pública. La experiencia se repetirá en las otras ocho universidades andaluzas, según Jesús Ramos.

Los contenedores usados se han comprado a la naviera Maersk en Algeciras a 2.000 euros la unidad. Es decir, el precio de compra se sitúa por debajo de los 70 euros el metro cuadrado.

La vida de estos edificios, a pesar de considerarse arquitecturas efímeras, es prolongada. "El material es acero Corten, cuya composición química lo hace muy resistente a la corrosión atmosférica, dado que está pensado para sobrevivir a la erosión salina del mar.

La oxidación superficial de este material crea una película impermeable al agua y al vapor de agua que impide que la oxidación del acero prosiga hacia el interior de la pieza. "El mismo tipo de acero garantiza una vida larga", puntualiza Campo.

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