La UMA cerró 2014 con un millón de superávit, aunque la Junta le adeuda 130 milones
Los grupos científicos solo han recibido una parte mínima del presupuesto de los proyectos de excelencia aprobados en 2012
La Universidad de Málaga (UMA) cerró el ejercicio económico de 2014 con un superávit de 966.000 euros. Acabar el año sin números rojos no significa, sin embargo, que la institución académica no tenga obstáculos económicos, fundamentalmente derivados de los 130 millones de euros que le adeuda la Junta de Andalucía.
El ejecutivo universitario someterá el próximo lunes a la aprobación del claustro las cuentas correspondientes a 2014, en las que figura un superávit de 966.000 millones, una cifra muy alejada de los 3,6 millones de euros de 2013, y más en la línea del excedente que se alcanzó por ejemplo en 2008, cuando ascendió a 1,8 millones de euros.
Estos datos significan que la Universidad de Málaga ha cumplido los criterios de control del déficit al que están sometidas todas las administraciones públicas. La institución académica, por otra parte, no tiene en la actualidad deudas con los bancos desde que en 2013 terminó de pagar el préstamo que había contraído en 2003.
Sin embargo, la gestión económica tropieza periódicamente con las dificultades derivadas de la abultada deuda que acumula la Junta de Andalucía. En este momento se sitúa próxima a los 130 millones de euros, cantidad que representa el 57% del presupuesto de 2015. El día a día se resuelve acudiendo a su hucha: el remanente de tesorería.
La Junta de Andalucía anunció en septiembre de 2013 un plan para saldar en menos de tres años la deuda que mantenía con las universidades públicas de Andalucía que entonces ascendía a 630 millones de euros. En aquel momento, tenía pendientes de pago 140 millones de euros con la Universidad de Málaga. Desde entonces, la Administración regional transfiere cantidades periódicas, pero insuficientes para reducir de forma sustancial la deuda, como pone de manifiesto que dos años después aún se deban 130 millones de euros.
Una suma importante de estas transferencias pendientes corresponden a fondos para investigación. En este sentido, los grupos científicos que concurrieron en 2012 a la convocatoria de proyectos de excelencia -resuelta a finales de 2013- apenas han recibido hasta la fecha pequeñas cantidades a cuenta.
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