Urbanismo

Urbanismo elige una empresa navarra para demoler los antiguos cines Astoria y Victoria

  • Los trabajos podrían iniciarse en la segunda quincena de junio, con un plazo de dos meses 

Imagen de los antiguos cines Astoria y Victoria.

Imagen de los antiguos cines Astoria y Victoria. / Javier Albiñana

La cuenta atrás para que los antiguos cines Astoria y Victoria pasen a mejor vida arranca. La mesa de contratación de la Gerencia de Urbanismo ha propuesto la adjudicación de los trabajos de demolición de los dos inmuebles a la empresa Construcciones y Desmontes Ribera Navarra S.A., cuya proposición es la que mejor valoración obtiene del total de 26 firmas que han concurrido al concurso público.

De acuerdo con los parámetros objetivos de la oferta, los trabajos se alargarán dos meses, siendo el valor económico estimado de las actuaciones de 217.694 euros, lo que supone un 36% de rebaja respecto la cifra de licitación. La constructora seleccionada, que debe aún cumplimentar la documentación requerida para que sea formal la contratación, obtiene 100 puntos por parte de la mesa, seguida, con 98,81 puntos, por Inicia Siglo XXI S.L.

Con todo, debido a lo prolijo y garantista del trámite aún por cumplimentar, el inicio de las actuaciones sobre la manzana no parece previsible antes de la segunda quincena del mes de junio. Es decir, casi coincidiendo con el inicio del verano. La eliminación de los antiguos cines es clave para avanzar en el camino ya trazado meses atrás con el grupo empresarial Málaga All Space para la construcción de un edificio con una sala de conciertos subterránea para unas 1.500 personas.

Aunque incluso con el derribo del inmueble, para que la iniciativa privada vea la luz resulta esencial avanzar en una segunda etapa de la intervención sobre la parcela: las excavaciones arqueológicas. De hecho, del resultado de las mismas dependerá en buena medida la posibilidad cierta o no de que la propuesta de intervención ya existente pueda proseguir.

El carácter soterrado del espacio cultural condiciona la viabilidad del proyecto, por cuanto la aparición de restos de una dimensión mayor a lo esperado podría forzar a la modificación sustancial de la iniciativa. Precisamente, una vez despejado el tema de la demolición, el siguiente trámite que deberá activar Urbanismo es el de la realización de las catas. MAS prevé una inversión de 15 millones en la ejecución material, elevándose a 21 millones si se incluyen otros gastos.

El derribo generará unas 2.482 toneladas de residuos, con 2.200 toneladas de material pétreo

La envergadura del derribo queda plasmada en las toneladas de residuos que generará, estimándose unas 2.482 toneladas, en especial de residuos pétreos, con 2.200 toneladas. De ellas, 1.147 se corresponden con ladrillos, azulejos y otros. La intervención será especialmente sensible debido a la existencia de amianto. En concreto, según los estudios realizados, se detectan 20,43 toneladas de placas, 8,84 de tubos y 1,35 de depósitos de amianto. Las edificaciones tienen una superficie construida de 3.432,11 metros cuadrados.

Sobre el estado de los edificios, los estudios municipales concluían que era "deficiente", apuntando que tras años de abandono, "la parte que presenta peor estado de conservación son las naves dedicadas a las salas de cine". Al tiempo, confirman la detección de daños estructurales en las cornisas y voladizos, lo que ha requerido en los últimos años diversas intervenciones por parte de Bomberos y otros servicios municipales.

"El edificio ha sufrido, además, la presencia de ocupas, que han colaborado de forma activa en el rápido deterioro de sus acabados interiores y sus instalaciones", apostilla el informe. Cabe recordar que los inmuebles pasaron a ser propiedad del Ayuntamiento de Málaga a finales del año 2010, tras cerrar la compra al Grupo Baensa. La operación se cuantificó en unos 21 millones de euros.

En el pliego de condiciones técnicas ponía el acento en la necesidad de reservar un espacio aledaño a la parcela para facilitar el trabajo y la maniobra de la maquinaria pesada. Ello obligará a disponer de desvíos de servicios de tráfico rodado y peatonal. En este marco de acción, se procederá a ocupar parte de la calzada de la calle Victoria, hasta un ancho de 3 metros; y se ocupará la totalidad de la zona peatonal de la Plaza de María Guerrero, así como la calle peatonal junto a la Plaza de la Merced y parte de la conexión norte de la Plaza de la Merced con la calle Victoria.

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