Málaga

Vecinos del centro piden saber el uso que se dará al entorno de la Catedral

  • Desconfían, tras acabar las obras, de que Urbanismo, como advirtió, vaya a evitar la invasión de terrazas

Los vecinos del centro antiguo están preocupados por el uso que se dará al entorno de la Catedral después de que hayan finalizado las obras de semipeatonalización. Y es que temen, según explicó la portavoz de la asociación, Ester Ramírez, que haya una masificación de terrazas. "No queremos que se convierta en una plaza del Obispo ni de las Flores", afirmó contundente. De ahí que el colectivo, precisó, vaya a estar "vigilante" con las actuaciones que impulse el Ayuntamiento. "Estamos preocupados. Es una obra de muchísimos millones y no nos parece razonable que ahora todo se llene de mesas y sillas y no se pueda transitar", recalcó Ramírez, que defendió que hasta ahora ha sido una zona "muy tranquila".

Y todo ello pese al anuncio que a finales del pasado mes de noviembre hizo el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, a los comerciantes del entorno más directo, que parecían reclamar la posibilidad de ampliar el espacio sobre el que en un futuro inmediato instalar sus terrazas. En el encuentro, el edil cerró la puerta a una ocupación masiva del espacio.

Pero esas declaraciones siguen sin convencer a los residentes, que piden al Consistorio que cumpla su palabra. "Sé que Urbanismo se lo ha tomado muy en serio pero no se ha hablado sobre el uso y luego Comercio hará lo que quiera. Esperamos que después de los límites de acceso que nos han impuesto, no le regalen el entorno a la hostelería. Hay locales que nunca han tenido ocupación de la vía pública y debe dejarse una entrada y salida respetable", señaló la portavoz de la asociación, quien también destacó que el cumplimiento de la normativa "es para todos".

Asimismo, resaltó, en concreto, el caso de Molina Lario, que es "una vía de urgencia y salida de Málaga" y por la que "no se puede circular por las mesas y sillas que hay". "Al principio se comprometieron a no abrir terrazas. No podemos compatibilizar el tránsito peatonal con el de los coches", apostilló Ramírez.

En cuanto a la estética, la portavoz de los residentes reconoció que las obras se han realizado como "mejora" pero, a su juicio, el entorno ha quedado muy "desangelado". "Vemos que está pobre de luz y esperamos que haya algo más. Falta también verde", destacó.

La semipeatonalización de la zona de la Catedral, que ya luce despejada, se vio retrasada tras la aparición de restos arqueológicos en octubre del pasado 2014. Apenas llegada la obra al punto caliente, salieron a la luz restos que conectan el muelle que diseñara en 1717 Bartolomé Thurus con la muralla nazarí de la ciudad, levantada en el siglo XI. Tal y como se esperaba, la intervención tocó de lleno un enclave patrimonial muy delicado y de obligada protección, por lo que era necesario intervenir. En septiembre, los trabajos encaraban su recta final, para lo que se contemplaban actuaciones en Molina Lario, Postigo de Abades y Cañón.

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