Vivir un pregón de escenas, lugares y momentos genuinamente malagueños
Vanesa Martín inauguró la fiesta con un discurso honesto y lleno de recuerdos sobre su ciudad; "abierta, generosa e inquieta".
Vivir las fiestas de verano como si fuera el último. Esta es la idea que Vanesa Martín quiso entregar a los malagueños que se acercaron a la playa de la Malagueta a escuchar su pregón. La cantante realizó un discurso honesto y orgulloso, cargado de recuerdos y añoranzas de su ciudad natal, desde su infancia hasta la actualidad pasando por la adolescencia, con todas sus vivencias en la Feria.
No era la primera vez que se sube a las tablas de la Malagueta: allá por 2013 fue la artista que continuó la fiesta tras los fuegos artificiales de ese año.
La pregonera del 2016 arrancó con una anécdota en Los Ángeles, donde se encontraba grabando su próximo álbum cuando el alcalde, Francisco de la Torre, le encargó la tarea de inaugurar la Feria como pregonera. Días antes, Vanesa enumeraba a sus compañeros de estudio las bondades de la capital de la Costa del Sol: “Una ciudad abierta y tolerante, generosa, culturalmente inquieta, llena de luces y olores de esos que te roban el alma y hacen que siempre quieras volver”.
Hablaba de los malagueños, “gente noble y alegre, hospitalaria y luchadora”. Una ciudad hecha por artistas, por personas que quisieron aportar su vida a la historia política, médica y científica, y los oficios que creaban la imagen genuina de Málaga: panaderos, operarios, barrenderos, electricistas... “Málaga la forma su gente, la gente que la ama, haya nacido o no aquí”. Hizo mención especial a algunos cantantes como Diana Navarro, Pablo Alborán, Anni B Sweet, Miguel de Molina, actores como Antonio Banderas, Antonio de la Torre, Antonio Molina, a su amigo Dani Rovira y al icónico Picasso, sobre quien Martín reflexiona: “Seguramente hubiese querido pasar más tiempo en Málaga”.
El barrio de pescadores de Pedregalejo fue el primer rincón malaguita que mencionó la pregonera. De allí se queda con el recuerdo de las barquillas que zarpaban por la noche para regresar con “el mejor pescaíto fresco”. La clásica ruta turística del Centro Histórico –de la Alcazaba a la Merced pasando por la Manquita, calle Larios– y los Baños del Carmen fueron otros lugares especiales que Vanesa incluyó en su discurso. Es en este último donde se imaginó a tres emblemáticos malagueños como Manuel Altolaguirre, Blas Infante y María Zambrano, conversando sobre las mismas inquietudes y complicidades que Vanesa tenía durante su adolescencia: “Uno de mis lugares preferidos para perderme un rato”.
Vanesa realizó un repaso cronológico de su vida en Málaga. Nació en el Materno, hija de Toñi y Paco, quienes la criaron en el barrio de Camino de Antequera. Estudió en el Colegio Alfonso X de Carlos Haya, hasta que llegó a la Universidad. Reconoce que se juntaba por El Palo, por el Atabal y por el Centro, donde su faceta artística creció entre actuaciones en el Onda Pasadena y en la tetería el Harén. No se dejó en el tintero su faceta más folclórica: aquella que le unió a coros rocieros, como Entronque o Amigos de la Malagueta.
Vanesa intenta disfrutar al máximo los pocos días que estará en la Feria, ya que sus compromisos de grabación y edición del próximo disco le trasladarán a Madrid. Envía sus energías al público que se congregó para escucharla y disfrutar después espectáculo piromusical: “Unos fuegos artificiales que iluminarán la noche y las miradas de los amantes”.
No pudo olvidarse de reivindicar sus causas. Vanesa Martín, como madrina de la Protectora de Animales, quiso concienciar en contra del abandono de mascotas y a favor de la adopción: “no compren animales, tenemos muchos perros y gatos deseando encontrar una familia”.
En esta línea reivindicativa, quiso añadir una llamada de atención en pro de construir una ciudad sin barreras arquitectónicas. La poeta apostilló que Málaga es una de las ciudades “más preparadas” en materia de accesibilidad para personas con diversidad funcional, “aunque aún quede por hacer”, concluyó.
Mientras que el Ayuntamiento ha creado una programación de Feria pensada, entre otras cosas, para disuadir el botellón problemático de la Feria del Centro, la pregonera quiso añadir su nota en este asunto. Pidió respeto a la hora de vivir las fiestas “como una expresión de alegría y reencuentros, de acercamientos varios” en una Feria donde el alcohol es el compañero intrínseco de la fiesta. La artista hizo hincapié en que después de los cuatro vinos debe llegar un cante bueno, un plato de jamón, en definitiva, una celebración de la vida. “Que el alcohol no sea motivo de enfrentamiento sino más bien de compartir ratos, momentos y risas”.
También hubo un momento para la nostalgia de abandonar Málaga por las Pedrizas, y la alegría de volver por la misma cuesta y con la misión cumplida de llevar la boca llena con el orgullo de ser de Málaga y trasladarlo a amigos y futuros visitantes. Como concluyó Vanesa Martín: “Cuando uno siente Málaga, la siente ya para siempre”.
La artista aprovechó la ocasión “inolvidable” para adelantar un single de su nuevo álbum al finalizar su pregón. Con las notas de un piano colocado por sorpresal, Vanessa Martín mostró una pieza dedicada a Málaga, la ciudad “que llevo en mi sangre y en mi memoria”. El público aplaudió y aclamó bises a la cantautora, que se despidió por todo lo alto.
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