Vuelta a la realidad entre apuntes y libros
El Aulario Gerald Brenan y tres bibliotecas universitarias abren sus puertas para que los estudiantes se preparen para septiembre
Bocadillo, agua, apuntes, subrayadores y, sobre todo, bebidas con cafeína son el armamento de cualquier estudiante para pasar una jornada de estudio en la biblioteca. Y es que terminando la Feria de agosto son muchos los que se ponen las pilas para aprobar las suspensas en septiembre. La Universidad de Málaga es consciente de la situación y por ello ayer fue el primer día que abrió las puertas del Aulario Gerald Brenan y de las bibliotecas de las Facultades de Económicas y Ciencias, junto con la General.
En el primer día de apertura la Biblioteca General se llenó pero aún se podían encontrar algunos huecos. Aún así, muchos no quisieron tentar a la suerte y fueron a primera hora de la mañana. Fue el caso de Cristina Rodrigo que estudia el MIR y sus amigos Patricia Pajares y Juan Miguel, que cursan las últimas asignaturas de Ingeniería Eléctrica. "Pensábamos que iba a estar más llena porque la gente se iba a poner a tope después de Feria, pero aún quedan algunos sitios libres", explican y añaden que seguramente la semana que viene será mucho más duro pelear por una silla y un pupitre para poner los apuntes. Ellos tres llevan años estudiando en el mismo escenario y volviéndose un poco adictos a la cafeína durante la época de exámenes. "Yo no bebo café, pero aquí visito bastantes veces la máquina o si no, la de refrescos", confiesa Patricia.
La cafeína es un común denominador entre los estudiantes, pero otro es, los grandes grupos de amigos que quedan para memorizar apuntes y resolver problemas juntos en estos meses. La motivación del grupo, despejar dudas y, por qué no, pasar un buen rato en los descansos son las razones que más se repiten. "Habíamos quedado para venir hoy a la biblioteca antes de la Feria" aseguran las alumnas de Derecho Mercedes Izquierdo, Beatriz del Águila, Aurora de Luna, Luisa Gamboa junto con su amiga, María Lozano que cursa los estudios de Gestión y Administración Pública. Ellas lo tenían claro, después de las fiestas es una carrera "contrarreloj". Los futuros abogados son unos de los más numerosos entre los estudiantes que acuden buscando tranquilidad entre los libros de este centro. Según explican es una carrera dura con un gran índice de suspensos. "Hay que tragarse los libros y aún así, alguna te queda para septiembre", subrayan, pero se lo toman con filosofía e intentan pasar los ratos de descanso lo mejor posible. "Aquí al final nos conocemos todos y después sales de marcha y ves una cara que te suena. Es de estudiar en la Biblioteca General", afirman añadiendo que se hacen muchos amigos entre tema y tema.
Sin embargo, no todos aprovechan el tiempo. Así lo piensan Alberto Cabello e Isabel Ortega. "Muchas chicas vienen muy maquilladas y hasta con tacones", declaran los dos compañeros, a lo que agregan que algunos vienen solo a pasearse y a ver a los amigo, incluso, que hay veces que se han tenido que cambiar de sitio por el ruido que hacían sus vecinos de pupitre. A pesar de ello, lo tienen claro como en la biblioteca no se estudia en ningún sitio. "Yo en mi casa ni lo intento, porque no me cunde nada. Hay mil cosas con las que distraerse, que si la televisión, una visita a la nevera, ordenar el cuarto, aunque esté impoluto. Cualquier excusa es buena en época de exámenes para escabullirse", manifiesta Cabello.
David Aguilar y Beatriz Martínez quedaron ayer para verse y aprovechar el tiempo entre apuntes, de Derecho él y los de Bachillerato ella, para superar la Selectividad. "Aquí tienes que estudiar sí o sí. Es que ver todo a todo el mundo haciéndolo te motiva y además te crea una presión por lo que se aprovecha bien el tiempo", garantizan. Eso sí, ellos aconsejan venirse preparado con un kit de supervivencia consistente en bocadillo, bebida con cafeína, subrayadores de todos los colores imaginables y, por supuesto, unos apuntes legibles. Quizá esto último sea lo más complicado de todo.
No hay comentarios