El abogado del dueño de la finca en la que murió Julen: “Hay un investigado, no un cabeza de turco”
David declara “tranquilo” ante la jueza, en un “intenso interrogatorio”, que no vio caer a Julen y que antes advirtió del riesgo de lesionarse en el pozo que él tapó con hormigón
La representación jurídica de David Serrano, el dueño de la finca en la que murió el pequeño Julen, quiso ayer aprovechar la comparecencia ante los medios de comunicación tras su declaración ante la jueza para pedir “comprensión” para todas las partes afectadas, entre ellas su patrocinado, que sigue “conmocionado” por la desgracia. Juan Martínez, uno de los letrados, tomó la palabra tras la intervención de otro miembro del bufete para recalcar que en el caso “hay un investigado –el responsable de la parcela– por un presunto delito –de homicidio imprudente– y no un culpable ni un cabeza de turco, menos aún un chivo expiatorio”. “Dejemos que actúe la Justicia”, apostilló.
Aunque reconoció lo “respetuosa” que está siendo la prensa con David, el abogado denunció los comentarios vertidos en las redes sociales “que rayan el odio”. Algunos de ellos, precisó, lanzados por “gente incluso cercana a él que le acusa de asesinato”, lo que tienen previsto poner “en conocimiento de las autoridades”.
El dueño de la finca declaró durante hora y media en un “intenso interrogatorio” que la jueza centró en conocer cómo se produjo la caída de Julen en la prospección de más de 100 metros. Lo hizo “tranquilo”, en palabras del letrado, ya que a él le ponen “nervioso los periodistas y no los juzgados”. “Él estaba de espalda, cortando leña con una motosierra para hacer fuego. Los niños estaban retirados. Escuchó gritos de angustia. No lo vio caer”, relató su asesor legal, quien destacó que “ha dicho la verdad sin contradicciones”.
Ahora, matizó, “queda la duda de cómo fue la caída”. “No sabemos si se movió o si perdió el equilibrio, pero es temprano en la instrucción para conocer este aspecto”, detalló, mientras que también recordó que había colocado dos bloques de hormigón.
El responsable de la parcela mantiene que advirtió a sus invitados del riesgo que existía con el pozo, pero siempre pensando en que pudieran lesionarse y nunca que un niño pudiera precipitarse por ese orificio, de 21 centímetros de diámetro.
David Serrano, que ayer estaba citado a las 11:00 para declarar en la Ciudad de la Justicia, llegó unos 15 minutos antes acompañado de su equipo jurídico. Ante decenas de periodistas que se agolpaban a las puertas se limitó a decir que su intención era reafirmarse en lo que ya explicó a la Guardia Civil y manifestó que se sentía “abatido”.
El abogado remachó que su cliente es “completamente inocente del delito que se le imputa” y que “así se irá demostrando con pruebas documentales y testificales”. Los asesores cuentan con una serie de “informes bastante cotejados cuyo contenido se irá desglosando a la par que se va tomando declaración a los testigos”. Asimismo, incidió en que Julen cayó por un “pozo irregular e ilegal”, lo que “dio lugar al desafortunado óbito”.
Los letrados “han concluido” que el pozo “no estaba tapado” y para ello argumentan que “cuando el sondista acaba el trabajo” queda una “montaña de tierra alrededor”. “Tenía 30 y tantos metros tapados. Es la tierra que se había caído cuando se movió el volcán de tierra con la máquina. Por lo tanto, no podía estar tapado”, indicó.
Sobre esa obra, insistió en que se realizó una zanja “para hacer un muro de contención y no una casa”. A este respecto, el letrado volvió a señalar al empresario que se encargó del pozo, Antonio Sánchez. “Tenía que haberle entregado la documentación. Se puso en manos del profesional para que lo gestionara todo”, explicó el abogado Antonio Flores. Su compañero de despacho había añadido antes que David es “un señor completamente ignorante, que carece de estudios y que se encomendó al profesional, al que le dijo que lo ignoraba todo”.
“El culpable no es mi cliente”
La estrategia del equipo jurídico que defiende al dueño de la finca en la que murió Julen tras caer a un pozo de más de 100 metros pasa por mantener desconocía que un niño pudiera caber por el orificio en el que permaneció atrapado 13 días. Pero desde el principio, además de eximir su culpa, tanto ellos como el propio investigado no han dudado en señalar al pocero como responsable de lo ocurrido al haber dejado destapada, según su versión, la prospección. “Se establecerá si hay culpa, pero el culpable no es mi cliente”, sentenció Juan Martínez, uno de los letrados. En este sentido, recordó que la condición de testigo investigado –antes imputado puede “cambiar en cualquier momento”. “De momento es el único pero podría haber más de uno. Se irá viendo conforma se vayan desarrollando los autos de diligencias previas”, advirtió. En cuanto al expediente que la Junta de Andalucía ha abierto tanto al dueño de la parcela como a la empresa que hizo la perforación, aseguró que no tenía ningún dato. El procedimiento sancionador se corresponde con una infracción “muy grave”. En este caso ha concurrido “riesgo muy grave” para las personas “con resultado de muerte”, lo que conllevaría una sanción de entre 300.000 y un millón de euros, dado que la actividad se hizo “sin dirección facultativa” y con la “omisión de la aportación de los trabajos de prospección de aguas”. La magistrada también tomará declaración a una docena personas más, todas ellas en calidad de testigos. La instructora considera que el empresario que perforó el pozo tiene que declarar en calidad de testigo, al igual que los padres de Julen -José Roselló y Victoria García- que lo harán el próximo lunes, cuatro guardias civiles y los tres senderistas que llegaron al lugar a auxiliar a los padres del niño, entre otros. También está previsto que comparezcan como testigo la pareja del dueño de la finca, prima del padre de Julen, y el operario que hizo la zanja junto al talud que limita el pozo, un trabajo posterior a la perforación del orificio.
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