El administrador de oficio para las comunidades, un apoyo clave en los bloques con problemas en Málaga

Dice el presidente del Colegio de Administradores de Fincas que cuando se pierde una comunidad de vecinos, estos empeoran su calidad de vida y el barrio se degrada. Ante una problemática que golpea especialmente a zonas vulnerables, durante los últimos dos años, el Ayuntamiento de Málaga y la entidad que preside Manuel Jiménez trabajaron en la creación del administrador de oficio.

Finalmente, un convenio firmado hace un par de semanas ha permitido la puesta en marcha en la capital de esta figura pionera, concebida “para abordar la regeneración urbana de barriadas con características socioeconómicas especiales”, según indica el Consistorio malagueño.

El objetivo es que el administrador de oficio tome las riendas en aquellos bloques de edificios que no tienen comunidades de propietarios o en los que están inactivas. Es un apoyo estratégico y social para los vecinos durante cuatro años. “Sirve para ayudarlos a arrancar”, explica Jiménez, a la vez que destaca el reconocimiento que supone para el Colegio y sus asociados. El concejal de Distrito Palma-Pamilla, Francisco Pomares, remarca que “es una figura necesaria porque ayuda a montar las comunidades de propietarios y las acompaña durante un tiempo”.

Un ejemplo de su aplicación es el bloque de la calle Ebro, número 5, de la Palmilla, cuyos vecinos se quejan de las averías y falta de limpieza en el edificio. Allí, un administrador de oficio ayudará a los residentes del inmueble en la constitución de la comunidad y la resolución de los problemas que ésta deba afrontar.

El convenio para la implantación de esta figura en la capital –cuya duración es de cuatro años– prevé una subvención directa de 250.000 al Colegio para el desarrollo de la iniciativa. Con esos fondos, se cubrirán los honorarios de los administradores de oficio en aquellas comunidades que soliciten acogerse a sus beneficios. Según el acuerdo, el primer año el Ayuntamiento corre con el 100% de ese coste. En el segundo, el Consistorio abonará el 75% y las comunidades creadas, el resto. Al tercer año la aportación municipal es del 50% y al cuarto del 25%. Al quinto año, ya es la comunidad la que tiene que asumir el pago íntegro.

El Colegio precisa que a nivel nacional en torno al 20% de las comunidades carecen de administrador, una situación generalmente asociada a zonas social o económicamente vulnerables. Jiménez puntualiza que entre el mantenimiento y reparación de ascensores, las obras para accesibilidad, las rehabilitaciones, la tramitación de ayudas y otras gestiones, cada vez es más compleja la gestión de las comunidades. En aquellos edificios en los que incluso ni existen porque nunca se han constituido o porque están inactivas, los problemas se multiplican. De ahí la importancia de la creación de esta figura como apoyo temporal hasta que la comunidad eche a andar y se consolide.

Jiménez abundaba en que el Ayuntamiento de Málaga va a realizar mejoras por unos dos millones de euros en una zona de Ciudad Jardín. Allí hay unas 75 comunidades de vecinos y de éstas, en torno a una veintena carece de administrador. Una situación que no sólo complica cualquier obra, sino que impide el acceso de esos bloques a ayudas públicas.

El presidente del Colegio añadía también la importancia del apoyo temporal (durante cuatro años) del administrador de oficio para que la comunidad se consolide. Porque explicaba que sin este órgano que aglutina a las personas que viven en un edificio, muchas veces el Ayuntamiento gasta fondos en rehabilitaciones que después de unos años se echan por tierra. Por eso, remarcó que la existencia de las comunidades también contribuye a que los vecinos “mantengan las mejoras que se han hecho con dinero público”. En definitiva, que el barrio no se degrade, como señalaba en su afirmación inicial.