El ¿ahorro? de las bombillas LED

Medio ambiente Expertos aseguran que el coste es mayor que el de las convencionales

La medida impulsada por el Gobierno central para que los municipios renueven el alumbrado público y ahorren energía ya se aplica desde hace años en Málaga donde el gasto de la luz se ha reducido un 30%

Farola de bajo consumo instalada en la calle Pozos Dulces de la capital.
Farola de bajo consumo instalada en la calle Pozos Dulces de la capital.
Raquel Garrido / Málaga

06 de marzo 2011 - 01:00

El Gobierno central aprobó el viernes su plan para fomentar el ahorro energético y, entre sus medidas, alguna que afectará directamente a los municipios de todo el país que no tendrán más remedio que renovar el sistema de alumbrado público para tratar de reducir consumo. Ayuntamientos como el de Málaga capital ya se han anticipado y desde 2008 la Agencia Municipal de la Energía trata de buscar la mejor forma de reducir el gasto en la factura de la luz con el uso de un sistema más eficiente. Y, según sus propios datos, parece haberlo logrado al pasar de gastar más de 8,7 millones de euros al año sólo en lo que al consumo del alumbrado público se refiere a algo menos de 6,1 millones que el año pasado supuso el recibo de la luz.

Es decir, casi una tercera parte menos gracias a la dotación de relojes astronómicos para toda la red de alumbrado público, la reducción controlada del número de horas de encendido o la instalación de equipos estabilizadores y reductores que permiten incrementar la vida útil de las lámparas.

Lo que más ahorro supuso, según el Ayuntamiento de la capital, fue precisamente la utilización de este sistema que permitió reducir el gasto en un 27%. El resto de las medidas, como la disminución de los tiempos de encendido en 20 minutos diarios, supusieron un ahorro bastante menor y apenas fue del 2,94%.

Pero en lo que más expectativas tiene puestas la Agencia Municipal de la Energía es en el proyecto piloto que ya ha comenzado a poner en práctica con la instalación de 239 luminarias de la tecnología conocida como LED, que al parecer son capaces de ahorrar hasta un 65% de energía.

Pero ¿son realmente tan eficaces y ahorran tanta luz como creemos? El Instituto de Física Aplicada del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) asegura que la lámpara tipo LED es una tecnología todavía en desarrollo que funciona bien en espacios como una oficina o el interior de una vivienda, es decir, siempre que no se requiera una cantidad de luz excesiva. Donde no está tan clara su efectividad es en el exterior porque incluso podrían suponer un riesgo para el peatón o el conductor en carreteras con poca visibilidad.

Aunque quizás el aspecto económico es lo que más reticencias provoca a la hora de decidirse por su uso. Para empezar porque para conseguir la misma cantidad de iluminación que ofrece una bombilla convencional, cada lámpara tendría que ser sustituida por "muchas" luces tipo LED lo que significa que hay que cambiar la luminaria entera. Y, además, su ahorro energético se empieza a notar a largo plazo y no de forma inmediata.

Su principal ventaja, en cambio, es que una luz LED tiene un rendimiento de 160 lúmenes por vatio, casi el doble de las normales, mientras que su duración es cuatro o cinco veces mayor que las actuales.

Pero es en su instalación donde se produce la mayor diferencia entre una y otra. Según la Agencia Municipal de la Energía, el coste del suministro y colocación de una lámpara convencional de sodio de alta presión de 150 vatios está en torno a los 30 euros. Por contra, una lámpara LED con prestaciones lumínicas equivalentes cuesta 200 euros.

A eso hay que unirle el hecho de que si se sustituye una lámpara convencional por una LED siempre se debe sustituir además el sistema de arranque de la luminaria ya que ésta produce un cono de luz más concentrado y para mantener los niveles de uniformidad en la iluminación que exige la reglamentación aplicable, por un lado habría que modificar el conjunto óptico (carcasa, reflectores y refractores), y por otro puede que además haya que ajustar la altura de la luminaria o disminuir la distancia entre ellas.

Y eso lógicamente repercute en su gasto final. En el caso de una luminaria equipada con lámpara de vapor de sodio de alta presión de 150 vatios el coste es de 400 euros y de 1.300 si se trata de una LED.

En el caso concreto del proyecto piloto ejecutado por el Ayuntamiento, en algunos lugares se han cambiado sólo las lámparas y sistemas de arranque, y en otros se ha sustituido la luminaria completa. El resultado global es que el período de amortización de estos nuevos equipos, a pesar del ahorro inicialmente obtenido en torno al 65%, es de nada más y nada menos que 14 años.

Si se hace una estimación media de unos 600 euros de coste por luminaria, para el cambio a tecnología LED en Málaga, para un parque de por ejemplo 45.000 luminarias, el coste total ascendería aproximadamente a unos 27 millones de euros. Sean o no más caras todo apunta a que el futuro más próximo para lograr la ansiada eficiencia energética pasa irremediablemente por ellas.

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