Un apagón paraliza la actividad de Mercamálaga: "Hemos estado sin ordenadores toda la mañana"
El fallo eléctrico interrumpió los sistemas de cobro y refrigeración generando perdidas para los mayoristas
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La madrugada de este martes no ha sido como las demás en Mercamálaga. A las 5:00, cuando el bullicio habitual de camiones, carretillas y compradores empezaba a llenar los instalaciones, la oscuridad se apoderó de todo. Un apagón eléctrico dejó sin servicio a todo el mercado mayorista, paralizando de golpe la actividad que cada día mueve miles de kilos de productos frescos entre proveedores y minoristas.
La red eléctrica se vino abajo entre las 5:15 y las 5:20. El corte afectó a ordenadores, básculas, sistemas de cobro y cámaras frigoríficas, herramientas esenciales para el funcionamiento diario del complejo. Muchos comerciantes, sorprendidos por la falta de luz, tuvieron que improvisar para mantener su mercancía y completar las operaciones de venta en plena penumbra.
Según fuentes de Mercamálaga, el apagón fue “intermitente” y se debió a “un fallo en una de las subestaciones de Endesa”. Desde el recinto explican que “a partir de las seis y media ya estaban los operarios trabajando” y que el suministro se fue restableciendo “por fases” hasta quedar totalmente operativo sobre las once y media de la mañana. “Se ha tratado de un tema ajeno a Mercamálaga y se ha trabajado para dar servicio lo más rápido posible”, apuntaron desde el departamento de prensa.
Mientras tanto, cada empresa tuvo que apañárselas como pudo. “Cada compañía se ha organizado como ha podido, desconocemos los mecanismos que ha seguido cada tienda”, añadieron desde la entidad. “Por el momento no tenemos constancia de pérdidas de género, aunque suponemos que los mayoristas estarán haciendo su valoración”.
Entre los afectados, algunos se mostraban más preocupados por la falta de sistemas que por el apagón en sí. Juan Carlos Rosa, mayorista de pescado fresco con más de dos décadas de experiencia en el mercado, lo resume con amargura: “Los cortes de luz son lo de menos; el problema es que los ordenadores no han funcionado en toda la mañana. En cuanto he visto que no tiraban, he recogido mi género. Trabajo con gambas, cigalas, pargos… productos muy sensibles. No he perdido nada directamente, pero mañana esto ya valdrá un 30% menos si quiero revenderlo. Es dinero que pierdo y que se que han perdido otros compañeros”, asegura.
El mayorista manifiesta que no es la primera vez que sucede algo similar. “Esto ya ha pasado más veces cuando llueve mucho, porque las instalaciones del mercado están regular. Llevo 25 años subastando pescado aquí y he visto de todo”, lamenta.
Más allá de las pérdidas materiales, el comerciante pone el foco en otro problema: la imposibilidad de facturar las operaciones. “Nosotros trabajamos con un sistema que garantiza el cobro facturado. Sin ordenadores no podemos emitir las facturas, así que no tienes garantía de que el minorista te pague. Yo he vendido solo a gente de confianza, con los que llevo muchos años, pero si no, te tienes que fiar. Luego te pasas meses detrás para cobrar”.
Por otro lado, el propietario de la pescadería Juani y Blanca, desplazado desde Antequera para hacer sus compras, asegura que en su caso los cortes fueron breves. “Se iba la luz y a los cinco minutos volvía. Ha habido un momento que hemos estado un cuarto de hora a oscuras, pero yo he podido comprar lo que necesitaba. En media hora he hecho las compras y me he ido”, relata.
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