Málaga

La arquitectura agraria de Málaga que lucha por sobrevivir al olvido

La arquitectura agraria de Málaga que lucha por sobrevivir al olvido / Daniel Pérez | EFE

La plataforma Lagares y Cortijos, dedicada a la recuperación y divulgación de las construcciones vernáculas de la provincia de Málaga, trabaja para la catalogación, estudio y puesta en valor de estas viejas edificaciones, que en muchos casos se encuentran en un estado próximo a su desaparición. En pleno Parque Natural de los Montes de Málaga, Pacheco Bajo es un claro ejemplo de los grandes lagares con prensa de viga y bodegas de tinajas que proliferaron en la zona de Los Montes y las localidades de Cártama y Almogía.

"Eran las construcciones de mayor singularidad de la provincia y muy complejas", comenta a EFE el profesor de historia Álvaro Amaya, uno de los responsables de la plataforma. Muchas eran propiedad de familias de origen extranjero, como los Lamothe, Quilty o Wünderlicht, y otras provenientes de diversos puntos de España, como los Marqueses de Larios, Heredia o Huelin, que "vieron quizás antes que nosotros mismos el potencial comercial que tenían las tierras, sobre todo en cuanto a viñedos se refiere", expone Carlos Sánchez, la otra mitad de Lagares y Cortijos.

Rescate de viejas edificaciones

En este enclave, una de las más de cien ruinas de antiguos lagares del Parque Natural, realizan un trabajo de limpieza y estudio que forma parte de las actividades que llevan a cabo en colaboración con otros colectivos, como la Asociación de Amigos del Jardín Botánico-Histórico La Concepción y los grupos Scouts 125 y 415 de Málaga.

La jornada empieza temprano con los sonidos de las azadas, las hachas y los movimientos de piedras en el silencio de una mañana que aún no deja ver senderistas por la zona. Álvaro Amaya organiza el trabajo sin dejar de moverse de un lado para otro, acotando una zona para una cata en la que tratarán de encontrar la zona de prensa y el pozuelo de decantación del mosto.

Antonio Martín, coordinador del 'Grupo Forestal José Ángel Carrera Morales', se afana a ello junto a otros compañeros. No pasa demasiado tiempo cuando empiezan a aparecer las primeras estructuras que indican que el lugar era el correcto. "Aquí estamos de apoyo y aportando herramientas", señala el coordinador.

En el otro extremo del lagar, en la zona de umbría donde siempre se situaba la bodega, los jóvenes 'scouts' se esfuerzan en la limpieza de las grandes tinajas donde el vino fermentaba unos 40 días procedente de las uvas Pedro Ximénez.

Unas grapas o lañas se dejan entrever reparando una rotura a lo largo de una de ellas, recordando el valor de estos recipientes que en algunos casos llegaban a los 2.400 litros de capacidad. Lucía Rando, una 'scout' de 18 años, comenta mientras carga unas piedras que "es muy interesante conocer nuestra propia cultura, la de Málaga".

Ayuda en redes sociales

Además de estas iniciativas, desde Lagares y Cortijos apuestan por un trabajo de documentación fotográfica con la idea de crear un archivo estructurado. Asimismo, realizan trabajos de planimetría, recaban datos en archivos históricos y divulgan la información a través de su página web.

Pero es en las redes sociales donde han creado una comunidad que se retroalimenta, en la que toman contacto con personas que les proporcionan información sobre lugares y nombres que ya no aparecen en los mapas, que les abren puertas a fincas privadas y que les muestran documentos con varios siglos de antigüedad.

"Creemos que la desaparición de esta arquitectura es tan acelerada que al menos es fundamental dejar constancia de cómo eran", comenta Álvaro Amaya.

Diferentes tipos de construcciones

El hecho de que la provincia cuente con paisajes muy diferenciados unos de otros, e incluso procesos históricos particulares, determinó la obtención de ciertos productos en cada zona y con ello la tipología de las construcciones.

En la Axarquía, los lagares con paseros donde secar las uvas moscatel dominan aún hoy el paisaje. Los grandes cortijos en la Vega de Antequera derivados de la producción del cereal y el olivo, o los cascareros del Valle de Guadalhorce, donde la piel de los cítricos se secaba para su posterior uso en la elaboración de pólvora, son algunos ejemplos de dicha variedad.

Hoy muchas de estas construcciones se encuentran en estado de ruina o desaparecidas, pero hay otros casos como la Hacienda el Lince en Los Montes, que data del siglo XVII y que fue propiedad de Baldomero Ghiara, tío del pintor malagueño Pablo Picasso, que ha llegado hasta la actualidad en buen estado de conservación.

Sus olivos centenarios producen una cosecha que ronda las 30 toneladas, con las que comercializa un aceite de oliva virgen extra ecológico, continuando así la larga tradición de aprovechamientos de estas tierras unidas a la arquitectura agraria del lugar. 

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