La Navidad coincide con un periodo en el que los jóvenes que se encuentran estudiando fuera de casa regresen a sus ciudades para disfrutar de las fiestas. Muchos de ellos aprovechan estos días para prepararse los exámenes del carnet de conducir. La primera prueba, la teórica, no suele presentar dificultades, sino que la problemática surge cuando hay que examinarse de la parte práctica, en la que, a la dificultad de esta, se le añade el colapso que se viene produciendo desde verano en cuanto a la lista de espera para el examen de la Dirección General de Tráfico. Aunque la problemática se ha visto reducida en los últimos meses, las autoescuelas advierten que próximamente habrá menos examinadores, debido a jubilaciones y finalizaciones de contratos, y que si no se relevan los puestos, el tapón volverá a condicionar la situación.

“Tememos a que retornen las largas listas de esperas”, explica Antonio Martín, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Málaga (APAE). Martín esclarece que se está produciendo una reducción de la plantilla examinadora que comenzó en diciembre con la finalización de uno de los contratos de interinos en dicho mes. A este, se le añade que a comienzos de años se jubilarán tres de estos trabajadores y que en febrero culminarán otros dos contratos interinos. “No tenemos noticias a cerca de si se van a llenar estas plazas, pero si no se hace, volveríamos a los niveles de verano, ya que también coincide con que en diciembre concluyeron las horas extras programadas para agilizar las listas”.

Las autoescuelas coinciden en que actualmente se ha visto una mejoría de la situación debido a las acciones impartidas, aun así, explican que el sistema CAPA (Capacidad de las Pruebas de Aptitud) ralentiza sumamente la actividad. “Esta medida se desarrolla precisamente para soslayar, dentro de un orden, esa falta de personal que tienen. Consiste en una imposición de un número máximo de alumnos a los que podemos examinar desde cada escuela para la parte práctica”, explica Martín, quien añade que las autoescuelas pequeñas son las que se ven afectadas en mayor medida. “Con esta normativa, las escuelas de conducción menos extensas únicamente pueden presentar a un alumno para el permiso de moto o bien a dos para el examen de turismo tipo B, por lo que en un mes presentan como máximo a cuatro personas”, aclara Martín añadiendo que también hay que tener en cuenta que el 60% de los alumnos no supera este examen en el primer intento, por lo que deben volver a examinarse.

El plazo para poder presentarse al examen práctico desde que se aprueba la parte teórica es de dos años. Actualmente un total de 18.000 se encuentran en esta situación, aunque no se conoce el dato de lo que están preparados para examinarse y que se encuentran a la espera de la asignación de fecha para el examen. En julio, la cifra se situaba en 6.000 jóvenes, aunque coincide con que es el periodo con mayor demanda de exámenes que a su vez coincide con los cierres de la DGT por festivos y la reducción de turnos del personal por las vacaciones estivales. “La Navidad es una época que se asemeja al verano en cuanto a la demanda de exámenes aunque la situación es notablemente mejor actualmente que en dichos meses”, concluye Antonio Martín.