El Ayuntamiento de Málaga defiende que se pueden subsanar las deficiencias de la torre del puerto

El equipo de Gobierno en el Ayuntamiento de Málaga se sigue aferrando a la torre del puerto. Si hasta ahora había defendido la legalidad y la solvencia del trámite, ahora reconoce las "carencias" de los documentos presentados y sostiene que es posible "subsanar" las deficiencias por las que Puertos del Estado ha mandado el proyecto de vuelta a Málaga. La semana pasada la Autoridad Portuaria acordó frenar todos los trámites para esperar a los contenciosos que deben resolverse sobre la tramitación municipal. Después, si caen a su favor, pedir a la Abogacía del Estado un informe sobre si se ha tramitado correctamente.

Aunque, después del informe que emitió la administración nacional, parece que no quedan muchas dudas de que no se ha efectuado como debería. Puertos del Estado recomendó mandar a casillade salida y repetir el concurso, en este caso se efectuó por trámite de competencias. Por, entre otras cosas, los cambios que se han producido en los diez años desde que se inició el proceso. Pero también pide nuevos informes técnicos –con los que debía contar– y que se justifique debidamente el interés general.

En la justificación general está la clave del futuro del proyecto si quiere que el Consejo de Ministros levante el veto a algo que, de facto, está prohibido, como es el uso hotelero en suelo portuario. La justificación del interés general que recogía el documento enviado a Puertos del Estado era el mismo con el que se aprobó la modificación del Plan General por parte del Ayuntamiento, es decir, el del segundo proyecto de José Seguí, después llegó un tercero, el que parecía definitivo, de David Chipperfield, premio Pritzker –una suerte de Nobel de la Arquitectura–. La administración nacional entendió que el interés general que aquí pasó el trámite no estaba debidamente justificada.

Sobre esto, Carmen Casero, concejala de Urbanismo, ha dicho en el Pleno del mes de diciembre que el Puerto, como promotor, está en su derecho de "subsanar o cumplimentar esas carencias" que recoge el informe nacional. Ha vuelto a defender la construcción del hotel en el Dique de Levante, "porque el PGOU de 1997 ya preveía unaintervención de este tipo", pero también porque "funciona muy bien" en otros puertos de España y porque generará puestos de trabajo y supondrá un empujón a la economía local.

Además, ha recordado una cita de Dani Pérez, actual portavoz socialista, cuando hace una década pedía al Ayuntamiento "abrir las puertas y en vez de abrir el debate" sobre el proyecto. También ha retado al Gobierno, tanto a María Jesús Montero (PSOE) como a Yolanda Díaz (Sumar) a que se pronuncien y paren en Madrid la torre, "basta ya de marear todos los meses una cosa que está en su ámbito". Así, ha afeado al PSOE que quiera ahora una consulta ciudadana cuando no la quiso en 2016, cuando ellos gobernaban la Junta y presidían el Puerto.

Dani Pérez, que ha tachado la propuesta de Chipperfield de "mechero" después de decir que la primera de Seguí era "una torre esbelta" y la segunda "una achatada", ha tenido que defender su cambio de posición por la "escucha activa" y ha propuesto que el Ayuntamiento sea quien pida al Ministerio de Transportes que paralice toda actuación con respecto a la torre, pese a que es de su mismo color político. También pedía que la Gerencia no tramite un papel más de este proyecto o que se exija al Puerto que este parón sea definitivo. Ninguna de estas propuestas ha salido adelante con el voto en contra del PP y la abstención de Vox. Sólo ha estado a favor Con Málaga.

El socialista ha dicho que la torre no se va a construir y que va a ser "otro fracaso" de la administración municipal. También ha dicho que no está en contra de un hotel, sólo de la ubicación. Así, ha pedido que muevan el proyecto a otra localización. Esta es la misma postura que defiende Vox. Toni Morillas, concejal de Con Málaga, ha asegurado que la paralización del proyecto en tanto que se conozcan los juicios pendientes supone un "Málaga 1- De la Torre 0". A su vez ha recordado que los cambios sustanciales entre ambos proyectos debería llevar la tramitación a casilla de salida.

El proyecto actual, el tercero que se conoce, prevé la construcción de una torre de 144 metros, con planta rectangular, por lo que crece casi 30 metros respecto a la anterior –también en su basamento– y cambia por completo la forma y diseño del edificio. Según los promotores implicaría una inversión de 200 millones de euros y podría estar construida en tres años desde el inicio de las obras. Aunque ninguno de los plazos que han planteado hasta ahora los promotores se ha cumplido.