En lo que puede ser otro capítulo más de la tragedia de la inmigración, un total de 25 personas de origen subsahariano llegaron ayer al Puerto de Málaga tras ser rescatados de la patera en la que intentaban llegar a la costa española por el buque de transporte Isla de los Volcanes. Varios de los ocupantes de la patera aseguraban al filo de la medianoche que habían tenido que deshacerse de los cuerpos de varios compañeros que habían muerto durante su penoso viaje. Una de las cinco mujeres supervivientes incluso tuvo que ser atendida por una crisis de ansiedad mientras lamentaba haber perdido a su marido y a sus tres hijos.

La tripulación del barco divisó la embarcación neumática, de 9 metros de eslora y en la que llevaban al menos dos días a la deriva, al suroeste de la isla de Alborán. Al verlos, procedieron a su rescate, para posteriormente llevarlos hasta el Puerto de la capital malagueña, donde los esperaba un operativo especial dispuesto por Cruz Roja que incluía siete ambulancias, dos equipos de apoyo y 35 personas. Aunque la tripulación del buque informó en un principio de que los subsaharianos se encontraban aparentemente en buen estado de salud, muchos de ellos no lo estaban. De hecho, uno llegó con una fractura en una pierna y otros presentaban problemas síntomas de hipotermia. Al cierre de esta edición, estaba previsto el traslado de cuatro de ellos a centros hospitalarios malagueños.

Tras la alarma de la tripulación del Isla de los Volcanes se activó un dispositivo de Salvamento Marítimo integrado por la embarcación Salvamar Denébola, un helicóptero Helimer y el avión de reconocimiento Serviola II, pero finalmente no fue precisa su intervención. El mismo operativo participaba ayer, junto a patrulleras del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, en la búsqueda de una segunda embarcación a la deriva que navegaba frente a la Punta Sabinal, entre Roquetas de Mar y El Ejido.