El Cachulo, agredido en la prisión de Alhaurín de la Torre, acaba en el hospital

El histórico delincuente de El Palo mantenía rencillas con otro preso, un boxeador, que le propinó un puñetazo en la cara

Así fue la última detención de El Cachulo en El Palo, descalzo y sin camiseta

Cárcel de Alhaurín de la Torre.
Cárcel de Alhaurín de la Torre. / M. H.

Alhaurín de la Torre/Rafael F. R., apodado El Cachulo, ha escrito un nuevo capítulo en su historial, aunque esta vez como víctima. El afamado delincuente de El Palo, y uno de los más conocidos de Málaga, ha sido agredido en la prisión de Alhaurín de la Torre, donde permanecía encarcelado desde hacía unos días por una causa pendiente y haber sido detenido tras golpear, presuntamente, a una comerciante del barrio. El histórico malhechor ha recibido un puñetazo en la cara que le ha obligado a pasar por el hospital. Tras el golpe, los sanitarios tuvieron que suturarle varios puntos, según ha podido saber este periódico de fuentes próximas al caso.

El presunto agresor es un boxeador con el que mantenía rencillas. Ambos se encontraban en el módulo 6 del centro penitenciario, donde suelen convivir internos multirreincidentes. Las primeras pesquisas apuntan a que todo ocurrió después de que se corriera la voz de que El Cachulo podría tener intención de hacerse con un arma blanca para agredir a otro interno, que optó por anticiparse. El recluso le propinó, sin mediar palabra, un golpe en el rostro. Sus conocimientos de boxeo lo llevaron a noquearlo.

Los funcionarios, que estos días han tenido que intervenir, "de forma exitosa", en varias "peleas multitudinarias" ocurridas en distintos momentos en la carcel malagueña, acudieron, tras haber sido alertados, hasta el lugar en que se produjo la agresión. Allí, para su sorpresa, encontraron a Rafael F. R., con la boca ensangrentada. Los trabajadores penitenciarios lo desplazaron hasta Enfermería para que fuera atendido, pero los médicos vieron necesario que se le condujera a un hospital, donde recibió puntos de sutura como consecuencia del puñetazo.

Como medida, el supuesto autor de la agresión ha sido trasladado hasta otro módulo. El ingreso de El Cachulo en el módulo 6 se está viviendo con tensión. "Hay presos que lo conocen de la calle y empiezan a incomodarse", advierten las mismas fuentes consultadas, que aseguran que el interno "no ha tenido buena acogida, hay tensión y el ambiente está muy cargado".

Un zumo sin pagar

Hacía sólo unos días que el preso reactivaba su historial delictivo con la agresión a una comerciante de El Palo que había impedido que se llevara un zumo de su negocio sin pagar, el juez ha dictado su ingreso en prisión, aunque por una condena anterior que tenía pendiente cumplir, según confirmaron entonces desde el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

La reaparición de El Cachulo, uno de los primeros beneficiados por la ley del menor, después de que en febrero ya intentara, presuntamente, apuñalar a dos policías, tuvo lugar en el barrio que lo vio nacer. Allí, acabó golpeando a la trabajadora de una tienda en la que había tratado de robar una bebida. También provocó destrozos en el comercio. Varios vecinos lo retuvieron. Entonces, la Policía Local de Málaga lo detuvo como presunto autor robo con fuerza, daños y cuatro quebrantamientos de condena.

El caso se tramitó como diligencias urgentes y ha derivado en un juicio rápido, lo que le supuso ampliar -aun más- su lista de antecedentes. Esta vez, El Cachulo se ha conformado con la acusación formulada por la Fiscalía y ha aceptado la pena solicitada. Ha sido, de esta forma, de nuevo condenado. Se le ha impuesto una sentencia de 10 meses de prisión por un delito de amenazas, otros cuatro de multa por los daños ocasionados y 80 días, también de sanción, por dos delitos leves de lesiones.

Pero, al margen de esa agresión, el juez envió a la cárcel a Rafael F. R., como penado por una causa que tenía pendiente, según las mismas fuentes judiciales. Con ésta, ya son 11 las ocasiones en las que ha pasado por prisión. Disfrutaba de su libertad desde noviembre de 2024 tras haber pasado en 10 ocasiones por prisión y finiquitar cinco condenas.

Su caso puso en tela de juicio la Ley Orgánica 5/2000, conocida como la Ley del Menor. Su aplicación hizo que fuera juzgado bajo el sistema juvenil. Y, con ello, que eludiera una condena de mayor severidad pese haber acabado con la vida de una persona que le había reprochado que vejara a su novia en un bar. Salió libre en enero de 2001 tras purgar una condena solo ocho meses después de consumar el asesinato. La sentencia le obligaba a pasar ocho años en internamiento en un centro de régimen cerrado para menores, un reformatorio. Desde entonces, a El Cachulo no se le ha dejado de oír en los círculos policiales.

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