Una cadena humana salva a un niño de 6 años arrastrado por la corriente en una playa de Mijas con bandera roja
Socorristas y bañistas se unieron para remolcar al menor, que estaba a unos 15 metros de la orilla: "La situación se desmadró"
Un bañista podría ser multado con 1.500 euros por negarse a salir del agua en una playa de Fuengirola con bandera roja
Los socorristas ya habían lanzado una primera advertencia a cinco menores afanados en adentrarse en el mar pese a haber bandera roja izada. Pero, en un descuido, hicieron caso omiso y se echaron al agua. Cuatro de los niños consiguieron salir por sus propios medios pese a la fuerte corriente de retorno, también conocida como resaca, de aquella jornada. Hubo uno, de unos 6 años, que se quedó dentro, con serias dificultades para regresar, lo que obligó a activar con premura un dispositivo. Una cadena humana, con trabajadores y bañistas, pudo ponerlo a salvo. Ocurrió este sábado en la playa del Peñón del Cura, en Mijas.
El rescate se produjo al filo de las 2 de la tarde, en una zona rodeada de rocas y con salida acotada, conocida por generar este tipo de corrientes que dificultan la llegada a la orilla. Las alarmas saltaban al conocerse que un menor había sido arrastrado por el agua. Se encontraba a unos 15 metros de la orilla. En declaraciones a este periódico, Gonzalo Botta Veccia, coordinador del servicio de socorrismo de Mijas, explicó que las condiciones, ese día, eran notoriamente peligrosas desde primera hora de la mañana. Y de ahí que hubiera que desplegar la enseña roja. “Soplaba levante fuerte y el agua subía hasta casi el muro, apenas quedaba arena. Había bandera roja desde el inicio del servicio. Se veía que era un día malo de playa; había gran riesgo en el agua”, relató.
"Un adulto, también atrapado, estaba exhausto"
En un primer momento, fue un bañista el que, tras percatarse del riesgo evidente que corría el pequeño, se lanzó al agua para intentar salvarlo. Pero tampoco el mar se lo puso fácil. "Quedó atrapado en la corriente de retorno. La situación se desmadró", recordó el responsable del servicio. Una vez que el hombre pudo ser auxiliado, hubo que movilizar "para mayor seguridad" una ambulancia que lo atendiera. "Había tenido que realizar un gran esfuerzo y estaba exhausto", afirmó el encargado.
Los trabajadores se comunicaron por walkie y se lanzaron al agua para rescatar al menor, con otro factor en su contra. La proximidad a la orilla y el rompeolas imposibilitaban la intervención directa de la moto acuática, que emplean en estas situaciones de emergencia. Pero no faltó la colaboración ciudadana. Un grupo de personas se prestó a colaborar. “Apelamos a la buena voluntad de los usuarios y rápidamente se formó una cadena humana para ayudar en el rescate”, señaló el portavoz del servicio de socorrismo de Mijas.
El menor no llegó a tragar agua y los socorristas consiguieron proporcionarle flotabilidad rápidamente. Gonzalo insiste en que el equipo había advertido previamente a los menores. “Es algo común: niños que no son conscientes del peligro. Incluso el padre no se dio cuenta de que el niño que se iba a ahogar era el suyo", afirma.
Aquella jornada, aseguró Botta, hubo vigilancia preventiva del equipo de socorrismo a pie de orilla —protocolo habitual en días de riesgo—. Con una década de experiencia en las playas Mijas, el responsable del servicio de socorrismo subraya que la clave es la prevención, porque el mar no suele dar segundas oportunidades. Antes de adentrarse en el mar, aconseja "comprobar el estado de la playa y el riesgo que existe". En caso de duda, consultar con los socorristas desplegados en las playas. “El 90% de las personas, después de un susto así, toman conciencia del peligro de bañarse con bandera roja. Está penado por la ordenanza municipal. Y ni siquiera los socorristas, con entrenamiento, lo tienen fácil en estas condiciones”, reconoce.
Nadar en paralelo a la orilla, la clave en caso de resaca
Botta recuerda que, en caso de corriente de retorno, la recomendación es siempre "nadar en paralelo a la orilla y buscar una zona segura de salida". Ocurre, sin embargo, que muchos "entran en pánico, pierden la capacidad de pensar y no encuentran la solución más fácil”.
Este no ha sido el único incidente del verano. “En la playa de El Bombo también tuvimos un caso similar. El bañista salió por sus medios, pero se propuso para sanción administrativa”, afirmó.
Nunca hay que bajar la guardia, pese a que la temporada de baño esté a punto de acabar. Con 62 socorristas desplegados en las playas de Mijas, el equipo sigue plenamente operativo incluso en septiembre, cuando disminuye la afluencia, pero aumentan los riesgos. “Septiembre es el mes de las paradas cardiorrespiratorias. Llega el turismo de mayor edad, y el riesgo sigue estando ahí”, concluyó Botta.
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