A los que tienen la capacidad de no rendirse

A los que tienen la capacidad de no rendirse
A los que tienen la capacidad de no rendirse
C. Fernández / Málaga

31 de diciembre 2009 - 01:00

Las campanadas de esta noche no sólo anuncian la entrada en un nuevo año. Simbolizan, sobre todo, lo prometedor del porvenir, la esperanza de un nuevo tiempo que mejore lo peor de éste que dejamos atrás y mantenga lo que ha tenido de bueno. Es la hora de pedir los deseos, de brindar por las ilusiones, algunas de ellas compartidas por los homenajeados de este año. Salud y una salida lo más pronta posible de la crisis son los principales reclamos de estos Malagueños de Hoy.

Para Alberto Rivera de la Puente es imprescindible que "el malagueño no cambie con la crisis, que los que siempre han sido abiertos y acogedores, los que nunca han mirado el color de la piel o el dinero del bolsillo del que llega para recibirlo con amabilidad sigan fieles a estas máximas". En este contexto, su deseo para 2010 es "mucha solidaridad y mucha tolerancia" en estos momentos difíciles.

Y es que su trabajo a pie de calle le ha hecho conocer realidades más que complicadas de familias que han perdido su principal fuente de sustento. Por eso teme que se extienda la delincuencia y que nublen los valores que hacen posible la convivencia como consecuencia de la necesidad. Su reto en este nuevo año será seguir trabajando para la permeabilidad de sus barrios -Trinidad y El Perchel- y para que los jóvenes continúen subiéndose al carro para mejorar la vida dentro de estos patios.

Precisamente porque los malagueños, como todos, están sumidos en esta etapa de recesión Manuel de la Maza, gerente de Charanga, desea para 2010 que el ciudadano "recupere la confianza, ya que todavía no se ha quitado el miedo del cuerpo para volver a consumir al ritmo de años anteriores". Ya desde un punto de vista más empresarial, De la Maza espera que en el nuevo año su empresa "penetre más en el ámbito internacional y encontrar inversores para desarrollar franquicias en países como Rusia, Azerbaiyán, México y Brasil".

Para Jesús Burgos, gerente del Centro Hospitalario Integral Privado (CHIP), sería necesario en este 2010 que "siguiendo el tradicional dinamismo de Málaga, la provincia sea la que vuelva a tirar del carro de Andalucía y sea una de las primeras provincias en salir de la crisis". Aunque pueda pensarse que va en contra de su negocio, también "desea salud", dice entre risas de sus compañeros premiados. "Todos no tienen por qué ir al CHIP cuando estén enfermos, también pueden visitar nuestro restaurante, que estará capitaneado por un chef vasco con una estrella Michelin", añade.

Este nuevo año será el verdadero lanzamiento de su nueva infraestructura clínica, y manejarla con solvencia y buenos resultados, capturar la confianza del paciente y poner en práctica todas las novedades tecnológicas que aportarán a la sanidad malagueña será su principal objetivo empresarial.

Para Borja Vivas lo importante es mantenerse y poder asistir al Campeonato de Europa, que se celebra en Barcelona el próximo agosto. El atleta también tiene sus miras puestas en varias competiciones que se van a disputar en el país y "a las que hay que asistir". Aunque, uno de sus principales retos será "afianzarse en los 20 metros".

"Para 2010 espero que se mejore la situación económica, porque nos afecta directa o indirectamente a todos y también que la gente haga deporte que, aunque con ello no arreglen nada, es una vía de escape que libera, además de ser sano". Borja sabe muy bien que aunque a él no le faltan los apoyos de sus patrocinadores, principalmente el Ayuntamiento y Cajamar, en los años malos se reducen pruebas y patrocinadores, "en lo primero que se recorta es en el tema deportivo, aunque dentro de lo malo podemos dar las gracias".

Ha tenido un año tan vertiginoso que, para 2010 Pablo Pineda quiere "trabajo estable y salud". Cuando se trata de pedir un deseo y, hasta un favor, al resto de la sociedad lo tiene muy claro. "Que el síndrome de Down sea cada vez menos noticia, que no sea algo tan sorprendente. Que pasemos desapercibidos. Es una forma de demostrar la madurez de la sociedad", reflexiona el joven malagueño. Consciente de que "la fama es efímera", le gustaría seguir dando conferencias para concienciar sobre el síndrome de Down. Porque se siente representante de un colectivo aún dañado por los tabúes. "Lucho por que no se dé una imagen lacrimógena, falsa o distorsionada de nosotros", sostiene.

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