La catedrática Mercedes Vico, propuesta para defensora universitaria

La junta de portavoces del claustro de la Universidad de Málaga ha propuesto a la catedrática de Historia y Teoría de la Comunicación, Mercedes Vico, como Defensora de la Comunidad Universitaria.

La elección de Vico se formalizará el próximo 21 de mayo en la sesión constituyente del claustro, tras las elecciones celebradas el pasado 16 de abril.

Mercedes Vico sustituye en el cargo a Ignacio Pérez de Vargas, ex decano de la Facultad de Medicina, que se jubiló el pasado diciembre. Desde entonces ha asumido la gestión de la oficina del Defensor de la Comunidad Universitaria la vicedefensora Alicia Villena.

La elección de Vico para este cargo se produce tras su etapa al frente del vicerrectorado de Cultura de la Universidad de Málaga, puesto que desempeñó hasta la toma de posesión del nuevo equipo de gobierno que preside la rectora Adelaida de la Calle.

La figura del Defensor de la Comunidad Universitaria se creó en 1999. Hasta 2004 estuvo al frente de la oficina Pablo Salinas, que cedió el testigo a Ignacio Pérez de Vargas.

Esta oficina, que tiene rango de vicerrectorado, está concebida para velar por los derechos y libertades del conjunto de la comunidad universitaria (docentes, alumnos y personal administrativo) que pueden hacer llegar sus quejas que serán examinadas y respondidas en una actuación no sometida a mandato imperativo, puesto que las funciones del Defensor se rigen por la autonomía e imparcialidad. En este sentido, el conjunto de los miembros del universo universitario están obligados a apoyar y auxiliar las investigaciones que se desarrollan desde esta oficina con carácter preferente. El año pasado el Defensor de la Comunidad Universitaria atendió 540 consulta y 56 intervenciones, y, tan sólo en la primera mitad del año de acuerdo con la información que publica esta oficina en su portal de internet, 73 quejas y reclamaciones.

Las quejas y reclamaciones del profesorado tenían que ver con conflictos con los enlaces sindicales, problemas en su habilitación, obstáculos en las normas de conciliación, incidentes en la cafetería, silencio administrativo ante peticiones formales o conflictos internos en los departamentos.

Las quejas y reclamaciones de los alumnos, que superan el 90% del total, estaban relacionadas con la ausencia de profesores a clase, la convalidación de créditos académicos, la movilidad estudiantil y la programación docente. También se registraron reclamaciones por los horarios de las bibliotecas y la existencia de barreras arquitectónicas.