Málaga

La cesta de la compra de los malagueños durante el coronavirus

  • Lejías y productos de desinfección, junto a levadura y harinas, en la lista top de los consumidores

Varios clientes aguardan su turno a las puertas de una frutería.

Varios clientes aguardan su turno a las puertas de una frutería. / Javier Albiñana

¿Hasta qué punto el coronavirus ha modificado la conducta de los malagueños a la hora de afrontar el reto de llenar la cesta de la compra? ¿Han variado los hábitos en un periodo marcado por el confinamiento? Superado el primer envite de la pandemia, cuando el temor y la desconfianza llevó a muchos a acudir en masa a los supermercados con el objetivo de hacer aprovisionamientos, el avance de la cuarentena está normalizando el comportamiento general de los consumidores.

"Ya no se ve que la gente acuda a las tiendas a hacer acopio de determinados productos", observa Sergio Cuberos, propietario de la cadena Maskom. El apunte contrasta con la imagen de largas colas formándose a las puertas de determinados establecimientos de la capital. De acuerdo con los datos manejados por esta firma, mientras en el periodo de normalidad los compradores solían acudir incluso varias veces al día a los establecimientos, ahora lo hacen una o dos veces por semana, ampliando el registro de productos. "Vienen menos veces pero las compras son más elevadas", señala.

Una variación que se justifica en las propias restricciones fijadas por el Gobierno central dentro del actual estado de alarma, que únicamente permite salir del domicilio por causas justificadas. Una de ellas, por descontado, es hacer la compra. 

Imagen de las colas antes de que se decretase el estado de alarma. Imagen de las colas antes de que se decretase el estado de alarma.

Imagen de las colas antes de que se decretase el estado de alarma. / Marilú Báez (Málaga)

Los estudios realizados por las principales cadenas de supermercados de España corroboran, eso sí, un cambio en la lista de la compra aplicable al conjunto de clientes de todo el país, con claras aplicaciones al caso de la provincia de Málaga. Un informe elaborado para las grandes cadenas subraya el crecimiento porcentual que en la última semana de marzo tuvieron los productos de limpieza, al punto de ser considerados como "los grandes protagonistas de la cesta".

Ello, a juicio de los encargados de dar forma a este trabajo, se debe a las recomendaciones de limpieza y porque se pasa mucho más tiempo en el hogar. El apartado de lejías y desinfectantes sube un 146,2%, a lo que hay que agregar los útiles de limpieza, que se dispara también casi un 80%.

Aunque con un porcentaje de crecimiento algo inferior, es de reseñar el fenómeno de los productos relacionados con la repostería, caso de la levadura y las harinas. En ambos casos se ha convertido casi en una odisea encontrarlos, llegando el caso de que cuando son repuestas en los establecimientos desaparecen. En este caso, la causa hay que encontrarla de nuevo en el confinamiento y la decisión de muchas familias de aprovechar para hacer sus propios bizcochos, pasteles y pan.

"En el momento actual, tras cuatro semanas de confinamiento, el consumidor está tendiendo a productos básicos en detrimento de todo lo que no es estrictamente necesario, así como a tiques de compra moderados, ante las posibles dificultades económicas que ya se advierten", explica Álvaro González Zafra, secretario general técnico de la Confederación Andaluza de Empresarios de Alimentación y Perfumería (CAEA).

Desde su punto de vista, el supermercado ha asumido parte del consumo fuera del hogar, "pero no se puede hablar en ningún caso de un trasvase como tal del consumo del canal de hostelería y restauración; no se come lo mismo en casa que fuera, en cantidad y variedad y, además, una cosa es el consumo y otra el gasto, que es mucho menor en los supermercados”.

Cuberos viene a confirmar buena parte de las conclusiones del estudio general. Aunque en el caso de Maskom pone de relieve un incremento porcentual muy elevado en productos de parafarmacia "pero relacionados con alcohol y de manos", a lo que le siguen las lejías y desinfectantes. "Y casi de manera parecida todo los preparados de postre; también crecen legumbres y bebidas como cerveza y vinos, aunque de precios moderados”, enumera. En el caso de la frutería, destacan las naranjas, los aguacates y los tomates.

Una mujer lleva un carro con varias cajas de productos de limpieza. Una mujer lleva un carro con varias cajas de productos de limpieza.

Una mujer lleva un carro con varias cajas de productos de limpieza. / Javier Albiñana

Sobre el comportamiento de los clientes, explica que mientras había personas que antes iban a los súper de barrio varias veces al día, "ahora a lo mejor bajan dos o tres veces en semana". "Al súper se va a hacer la compra, básicamente. Las compras son algo más lentas ahora, por el cuidado que se tiene que mantener. Se va a hacer una carga y a correr", comenta.

Más allá de lo que contemplen estudios globales, ¿cuál es el comportamiento individual de los consumidores malagueños? A tenor de la respuesta ofrecida a este periódico por varios, la pandemia no ha modificado de forma relevante su conducta, más allá de la necesidad de reducir el número de veces que acude a los establecimientos.

"Ahora compramos más porque antes no comíamos en casa”, explica María. Una variación que le obliga a comprar "más patatas, porque ahora hacemos más guisos, y más harina, porque en lugar de comprar magdalenas las hacemos en casa; también más de chocolate… Lo que más compramos diferente es el pasarratos para picotear mas en casa", resume.

Ana cuenta, grosso modo, que lo que entra ahora en su cesta es parecido a antes del coronavirus. "Carne, pescado, sobre todo leche y yogures que es lo que más gastan en casa”". Y harina. Suelen hacer la compra una vez cada diez o quince días. A Paqui le sucede poco más o menos lo mismo. "Ahora compramos más, pero la verdad es que compramos casi lo mismo que antes", precisa.

El ejemplo de Lidia es semejante. "Seguimos comprando las mismas cosas que antes de la crisis del coronavirus; productos básicos, como fruta, verdura, embutido, legumbres, leche, yogures, gelatinas, carnes...". "Es verdad que sólo salimos a comprar una vez a la semana, antes era casi a diario", comenta, lo que, a su juicio, le permite evitar productos que no son vitales, caso de galletas, frutos secos o chocolates.

La experiencia de Lola es la de una consumidora estricta en el cumplimiento de las medidas para evitar un posible contagio. "Luego me toca ir a la guerra (a comprar)", dice de manera irónica. "Se ha convertido en una odisea, desde prepararte antes con ropa que nada más que llegues vas a echar a la lavadora, llevar el pelo recogido, guantes, y mascarilla…", describe.

Antes solían hacer la compra cada dos o tres semanas, realizando un acopio de determinados productos, dejando la compra de charcutería, carne, pescado, verduras y frutas para la semana. "Ahora, que solo puede ir una persona, nos vemos obligados a hacer unas compras más pequeñas una vez por semana", señala.

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