Los chalecos rojos que más arropan

Solidaridad

Cruz Roja tiene diferentes tipos de voluntariado que se adaptan al perfil de los interesados

Los únicos requisitos son compromiso y ser mayor de 16 años

Algunos voluntarios de Cruz Roja trabajando. / Reportaje Gráfico: Javier Albiñana
Isabel Ruiz

Málaga, 17 de septiembre 2018 - 01:32

"Cuando descubrí Cruz Roja de verdad fue cuando la necesité". Néstor Fernández tiene 31 años y hace dos que se pone el chaleco rojo tres veces a la semana, pero antes de dar el paso fue usuario de la institución humanitaria. Néstor, natural de Marbella, viajó a Lugo para vivir una experiencia lejos de casa. "Las cosas allí no fueron del todo bien y acabé en un programa de personas sin hogar", comía y se vestía gracias a los vales que le proporcionaba Cruz Roja y dormía en albergues.

En una de las evaluaciones que le hizo la psicóloga de la institución en la ciudad gallega, comenzaron las sospechas. El joven presentaba dificultades sociales. No estaba equivocada. Néstor tiene síndrome de Asperger, y no lo supo hasta que le hicieron un diagnóstico en las instalaciones de la organización. Le concedieron la discapacidad y decidió iniciar una formación de auxiliar administrativo.

El Parque Huelin acoge cada miércoles una pachanga entre chicos del barrio y migrantes

Cuando la situación de Néstor mejoró, le ofrecieron ser voluntario y aunque le "imponía" y le daba "respeto" no dudó en ayudar de la misma forma que lo habían hecho con él. "Desde hace unos años tengo despierta la vena de ayudar, antes había estado dormida. Y me alegro mucho de que esté viva", asegura. Comenzó en la teleasistencia, llamando a las personas mayores para ver cómo se encontraban. Recuerda con cariño aquellos tiempos. "Eran muy agradecidos al ver que alguien se preocupaba por ellos. Normalmente eran personas que estaban solas o enfermas", comenta. Aunque reconoce que las primeras veces lo pasó mal debido al Asperger. "Me costaba mucho llamar, pero al final aprendes a manejarlo".

Volvió a Málaga y se asentó en la capital, donde siguió con el chaleco rojo. Desde entonces se dedica a tareas administrativas, y cuando hacen falta refuerzos para las campañas de alimentos o juguetes, allí está Néstor. Ahora, anima a los jóvenes a que se apunten al voluntariado. "Antes de estar en el sofá sin hacer nada con el mando de la televisión sin saber qué canal poner, que prueben. A lo mejor se siente bien ayudando a los demás y siendo útil en una causa que es muy positiva".

Hadi Abdul Malak, por su parte, es del Líbano y decidió poner rumbo a España, donde estaba su familia, para buscar trabajo. "Mi hermana cuando se trasladó a Roma tenía muchos juegos de sus hijos que no quería llevarse, y la acompañé para donarlos a la oficina de Cruz Roja de Rincón de la Victoria, y ahí empezó toda la historia. Pregunté cómo podía ser voluntario para ayudar". Hadi habla español, francés, inglés y árabe, así que se ofreció como traductor para ayudar a todas las personas refugiadas que entran a Europa por Andalucía, y en este caso por Málaga. "El tema del voluntariado es más que algo cultural, una cosa personal. La mayoría de las personas son voluntarias, lo que pasa es que aún no lo saben", afirma Hadi, quien lleva desde octubre en Cruz Roja y califica la experiencia como "muy positiva".

Fernando Blasco está en el área humanitaria. "Pienso que lo que ha estado pasando en los últimos 10 años en la frontera sur es algo importante y trascendente y quería ser un agente activo y poder ayudar en la medida de lo posible". El joven de 33 años colabora en talleres o acompañando a los usuarios a comisaría o al centro de salud, aunque asegura que las actividades que más realiza son las deportivas. Los miércoles van al Parque Huelin a echar partidos de fútbol con los chavales del barrio, donde se crea un "ambiente muy emocionante; competitivo pero con mucho colegueo".

Néstor, Hadi y Fernando han tenido una vida y experiencias muy diferentes, pero los tres tienen una motivación: ayudar. Dedican parte de su tiempo libre a mejorar la sociedad. Ellos han decidido ponerse el chaleco rojo, para arropar y abrigar a quienes más lo necesiten.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último