Cientos de pasajeros atrapados por la avería ferroviaria en Málaga: “Vamos a perder un vuelo carísimo a Republica Dominicana"

Desde las 20:29 del lunes múltiples familias se han visto retenidas en los andenes, vagones y salas de espera

La enésima avería deja a 300 personas paradas durante catorce horas en un tren a Málaga, Adif restablece la circulación

La temporada de vacaciones de verano comienza con averias en los trenes que unen Málaga y Madrid / Javier Albiñana

Aunque la estación de tren de Málaga María Zambrano no ha sufrido daños propios, la avería eléctrica en la catenaria entre Los Yeles (Toledo) y La Sagra (Madrid) ha provocado este martes el colapso ferroviario en toda la red entre Andalucía y Madrid. Desde las 20:29 del lunes, cientos de pasajeros se han visto retenidos en los andenes, vagones y salas de espera sin trenes, sin información y, en muchos casos, sin alternativas para llegar a su destino.

A pesar de que la estación mantiene su actividad, la falta de trenes y la escasa comunicación por parte de Renfe y Adif han convertido la jornada en un auténtico caos. Muchos viajeros han perdido vuelos, enlaces o compromisos importantes sin recibir explicaciones claras.

Una de las situaciones más dramáticas la vivía este martes una familia que tenía previsto volar a República Dominicana desde Madrid. El retraso sufrido en el horario de su tren, que salía a las 8:30, ha hecho que pierdan su conexión. “Tenemos un retraso de muchas horas. Ya es imposible que lleguemos a nuestro vuelo de República Dominicana y llevamos esperando aquí desde las ocho”, contaba el padre de familia.

Familia que ha perdido su conexión a Republica Dominicana por los retrasos de los trenes
Familia que ha perdido su conexión a Republica Dominicana por los retrasos de los trenes / M.H

“Hemos mirado incluso para coger un vuelo que nos lleve a Madrid en el aeropuerto o un taxi ante la desesperación de no saber qué va a pasar. Encima no nos dicen nada y vamos a perder un vuelo de cuatro asientos súper caro que no nos reembolsarán. Es una ansiedad muy grande porque vemos que pasa el tiempo y nadie nos da una solución”, relataba con visible tensión.

El desconcierto también ha afectado a quienes viajaban por motivos personales. José y Carmen, de 82 y 75 años, llegaron a las ocho de la mañana para tomar un tren a Barcelona que debía salir veinte minutos después. Horas más tarde, seguían sin asiento, ni respuesta.

“Los jóvenes aún se pueden tirar al suelo y descansar mientras esperan, pero nosotros como nos sentemos no nos levantamos, somos ya personas mayores”, decía Carmen. “Tampoco ha venido nadie a ofrecernos nada, ni un asiento ni agua. Nos movemos e intentamos andar para que las piernas no se nos queden dormidas”, añadía José.

Jose y Cármen esperando su tren hacia Barcelona
Jose y Cármen esperando su tren hacia Barcelona / Javier Albiñana

Ambos viajaron a Málaga para visitar a la familia por un cumpleaños y a la vuelta se han encontrado con este contratiempo. “No nos ha venido a dar explicaciones nadie, ni por megafonía, ni lo han nombrado”, se quejaban. “Por suerte estamos jubilados y no nos esperan en un trabajo, pero esto es un incordio”, resumía él con resignación.

También, familias extranjeras que han llegado a Málaga en plena temporada turística han quedado atrapadas. Claudia Zapico, chilena, viaja con su familia para pasar unos días en Madrid y se encontró de lleno con la situación nada más llegar a la estación.

Claudia Zapico, a la izquierda, y sus hermanas esperando su tran a Madrid
Claudia Zapico, a la izquierda, y sus hermanas esperando su tran a Madrid / Javier Albiñana

“Nosotros vamos a Madrid y no nos han dado muchas explicaciones. Hemos llegado ya tardecillo y cuando nos hemos encontrado esta marabunta de gente hemos dicho: algo no va bien. Pero todo el mundo está igual de perdido porque no nos dicen nada”, explicaba.

Sin información, explican, "es súper complejo", porque no saben por cuanto tiempo más van a estar esperando. "Por suerte no tenemos avión que tomar y no hemos perdido dinero, pero esto es un fastidio, y lo peor es la incertidumbre. En el fondo no podemos culpar tampoco a los operarios, pero es normal que la gente se enfade con ellos. Nunca habíamos visto esta cantidad de gente parada en la estación”, explica

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