Claves de la tasa de basura que pondrá Málaga: cuándo se empieza a pagar, de cuánto será y bonificaciones

El Ayuntamiento ha dado el primer paso para la aprobación del pago, que no terminará, en el mejor de los casos, hasta abril del año que viene

¿Cómo afectará la nueva tasa de basura de Málaga a las personas que estén de alquiler?

Una limpiadora arroja una bolsa de basura al contenedor en Málaga.
Una limpiadora arroja una bolsa de basura al contenedor en Málaga. / Javier Albiñana

La Unión Europea pidió aplicar la máxima de quien contamina, paga. De ahí que el Gobierno de España haya aprobado una ley por la que exige a los ayuntamientos que repercuta el 100% del gasto de tratamiento de residuos. Esto se hará mediante una prestación patrimonial, aunque comúnmente es llamada la tasa de basura. El Ayuntamiento de Málaga tiene que repercutir los 63 millones de euros (IVA incluido) que le cuesta el tratamiento y recogida de residuos a los ciudadanos.

La primera pregunta es cuánto van a tener que rascarse el bolsillo de más los malagueños. Para ello, hay que concretar que el cáculo dependerá de dos factores: el valor catastral de la vivienda y el número de habitantes empadronados. Así, a más personas residiendo y mayor valor, más se paga. Primero, se trató de que el pago estuviese directamente relacionado con el consumo de agua, pero este cálculo fue "imposible de aplicar", según fuentes municipales.

Con esto, el que menos pagará tendrá un nuevo pago mensual de 88 euros (IVA incluido), algo más de siete euros al mes, en el caso de que el valor catastral sea de menos de 20.000 euros y no haya dato de empadronados. En el lado cotrario, los que más pagarán, tendrán que afrontar unos 255 euros anuales, algo más de 21 euros al mes, siempre con el IVA incluido. El gasto medio para la familia tipo que calcula el Ayuntamiento es de unos 142 euros anuales, más de once al mes.

En cualquier caso, la factura será anual. En ella, podrán haber bonificaciones, descuentos, por dos motivos. El primero, del 50% de la tasa, si la familia es numerosa o vulnerable. Este se aplica directamente en un descuento sobre el pago. Para recopilar estos datos, Gestrisam va a pedir que se puedan tomar los datos del IBI. La segunda de las posibles bonificaciones tiene que ver con fomentar que le ciudadano recicle. Estas se elevarán hasta un máximo del 30%. En caso de tener ambas, una familia podrá deducirse hasta el 80% del pago. Para ello, el pago deberá estar domiciliado.

¿Cómo se puede conseguir ese 30% de bonificación? Hay un 15% que dependerá del uso de los cubos de reciclaje. Según fuentes municipales, aún no está confirmado el sistema que se usará para ello, quedan por limar detalles, pero, en principio, se han decantado por el uso de una aplicación para registrar cada vez que se hace uso de estos contenedores. De esta manera, si lo usas de tres a cinco veces por semana, se descontará un 5%. Más de cinco veces por semana llega a ese 15%. Para ello, tendrá que leer el QR que estará en los puntos de reciclaje y la aplicación –seguramente se usará Mi Carpeta– le habrá pedido un registro previo. Entonces, indican fuentes municipales, lo más probable es que tenga que hacer una foto a la bolsa que va a reciclar. Tampoco se descarta una cerradura electrónica, aunque en los sitios donde se ha aplicado no ha tenido buenos resultados.

El otro 15% está ligado al uso de los puntos limpios que hay (calles Hermanas Bronte y Werther). En este caso, cada visita descontará un 1%, hasta un máximo de un 10% y la recuperación de objetos en desuso de estos puntos, un 5% extra. Si el 50% se aplica automáticamente, el hasta 30% por el reciclaje y el fomento de la economía circular se descontaría de la tasa a pagar el año siguiente.

Para aquellos que estén de alquiler, el cobro se efectuará, igual que se hace con el IBI, al propietario del piso, es decir a los caseros. Bien es cierto que la norma implica que quien contamina, paga; por lo que fuentes municipales entienden que podrá ser repercutible al arrendatario. Queda por ver cómo se aplicarían en este caso las bonificaciones.

El porcentaje para reducir el IBI es muy muy reducido. Aunque se votó por todos los grupos estudiar su descenso (excepto Vox, que se abstuvo), lo cierto es que Málaga ya impone uno de los tipos más bajos de las grandes ciudadades. Ahora mismo es de un 0,451%, cuando el mínimo legal es del 0,4%. Puede decrecer, de esta manera, un 0,051%.

¿Cuándo empezará a aplicarse?

Aunque la ley marcaba que debía estar ya en vigor, lo cierto es que el Gobierno, dada la dificultad de aplicar el nuevo cobro, está siendo muy flexible y comprensivo con los Ayuntamientos. En parte, porque desde el Ejecutivo no se ha dado demasiadas guías a cómo hacerlo, lo que ha levantado las quejas de los entes municipales y ha levantado una alta litigiosidad, tanto que Madrid ha tenido que parar su aplicación y reformularla. En cualquier caso, en Málaga, ahora han dado el primer paso para la aprobación de la ordenanza, que estiman les llevará hasta abril o mayo si no hay un número excesivo de alegaciones. Con esto, podrá empezar a aplicarse a mitad de 2026.

Lo que conllevaría que el primer pago sea de la mitad del año (es decir, una familia media, en vez de esos 142 referidos, haría frente a 71), que se cobrarían en 2027. El año siguiente sí será completo.

De momento, sólo un ayuntamiento se ha declarado en rebeldía: Leganés. Lo cierto es que la ley (la 7/2022) no tiene previsto ningún tipo de régimen sancionador para quienes no la apliquen, motivo por el que Málaga no tendrá consecuencias por su tardanza en poner en vigor la norma.

Hay una segunda parte (que puede dividirse en dos) que es la tasa aplicada los comercios, es decir, a las actividades económicas. Estas tienen dos conceptos distintos, primero las que son asimilables a los recursos domésticos y los propios de la actividad. Los establecimientos, si bien no se aplicará la norma hasta 2027, podrán optar por contratar los servicios de manera privada con Limasam o hacerlo con un gestor privado que esté reconocido.

Fuentes municipales indican que lo normal es que opten por seguir con Limasam y acuerden el precio cerrado, sobre todo porque en caso de que opten por gestores privados estarán bajo la estricta mirada de la inspección y tendrán que tener en el interior de sus establecimientos un sistema para que esta empresa ajena se encargue de la recogida y tratamiento de residuos.

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