Málaga

El colegio de Málaga que dio una segunda vida a los restos de los Goya

Los alumnos del colegio Misioneras Cruzadas en la alfombra roja reciclada de los Premios Goya.

Los alumnos del colegio Misioneras Cruzadas en la alfombra roja reciclada de los Premios Goya.

El colegio Misioneras Cruzadas de la Iglesia de la barriada Palma-Palmilla, en Málaga capital, no ha tardado ni 24 horas en darle uso al material que el director del centro rescató de la basura de la Gala de los Goya.

Los alumnos entraron este lunes a clase a lo grande, como auténticas estrellas de cine: "Colocamos la alfombra roja al principio de la puerta del colegio y el photocall al fondo, para demostrarles que en ese momento ellos eran los grandes actores y protagonistas", comenta José Miguel Santos, el director del centro, que a su vez reconoce que los más tímidos preguntaban si la podían pisar, porque les parecía demasiado importante para ellos.

"Ahora tú eres lo más importante", les decían los maestros a los alumnos, para animarlos a desfilar como artistas, con saludo a las cámaras incluido.

Pero ahí no va a quedar el uso, ya tienen pensado utilizar la alfombra para las graduaciones y obras de teatro; y dada la longitud que tiene, la irán recortando para, por ejemplo, poder sentarse en el suelo en las asambleas.

El director explica que no es la primera vez que recogen lo que entidades privadas y públicas no quieren para buscarles un uso para el colegio, pero lo que más le sorprende es que "nunca recoger basura había dado para tanto".

Y es que mientras unos piden más subvenciones para el cine, todo un clásico en los Premios Goya, este docente ha sabido poner el foco de atención en otras realidades y remover conciencias. Con una publicación en Facebook en la que comparte las fotos de los desechos rescatados pregunta: "cómo se consiguen tantos recursos, cuál es el camino para que no te denieguen recursos básicos o te cierren puertas. A una pequeña escuela de barrio siempre se nos dice que no hay recursos para las necesidades más básicas, que durarían mucho más que una noche".

Su "indignación", como él reconoce, le viene por el trabajo que cuesta encontrar apoyo de los privados y los públicos y "lo que luego se gasta en cosas que duran un día".

El docente ha insistido a este periódico en que no está criticando la celebración de la Gala, y que solo ha querido poner el acento en la falta de recursos y en las realidades que se viven en barriadas como Palma-Palmilla.

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