Así combaten el frío en Rusia

YURI GAGARIN

La ola de frío siberiano ha liberado del armario abrigos y bufandas y encendido calefactores. Porque cuando el frío aprieta, el destino más codiciado suele ser un sofá con manta y calefacción. Sin embargo hay soluciones mucho más divertidas. En Rusia, donde las temperaturas medias de invierno nunca superan los 0 grados, conocen bien el secreto para soportar el frío: el vodka y las reuniones en los bares sirven de abrigo ante las bajas temperaturas. En Málaga, la cultura rusa tiene un punto de encuentro: el bar Yuri Gagarin, en la calle Álamos, que todo los días ofrece una ventana a la diversión rusa.

Se trata de un local pequeño, pero acogedor. Abrió hace tres años y medio años usando el nombre del primer cosmonauta que viajó al espacio como referencia. De hecho, la decoración se centra en Gagarin como icono y en sus paredes de madera se pueden encontrar varias fotografías del personaje. No falta un mapa del inmenso país y por supuesto, las clásicas muñecas rusas. La propuesta gastronómica de este bar es clara: tapas típicas de la gastronomía rusa, cervezas y vodka. Caviar negro, rojo y de salmón, albóndigas, salchichones rusos y ahumados son habituales en la vitrina. El camarero del establecimiento, Dimitri, indica que a veces preparan cosas nuevas, pero que son imposibles de traducir al español. "Lo mejor es venir y probarlo" y así, dejarse llevar por esta gastronomía prácticamente desconocida, uno de los motivos por los que los dueños se decidieron a abrir este local: "En Málaga, hay de todo, restaurantes chinos, japoneses, italianos, pero no había rusos".

Pero si por algo se ha hecho un hueco en la noche este local es por su amplia oferta de cervezas y vodkas. Cuentan con 12 marcas de cervezas rusas y 30 de vodka, que tienen una graduación que va de los 30 grados a los 56, toda una inyección de calor para el cuerpo. Marcas de importación típicas rusas como Nemiroff, Bajoru, Memaya Zactolye o Khlibnyi se encuentran en las estanterías del bar.

Uno de los secretos de este local es la forma de servir los chupitos de vodka, totalmente helados, como manda la tradición rusa. Además, entre las distintas variedades de este destilado hay diferentes sabores como pimienta, miel, mandarina o regaliz. La oferta del bar incluye a partir de los jueves un chupito o una tapa gratis con cada cerveza, por eso no es de extrañar que se haya convertido en un lugar muy ambientado.

Un grupo de amigos asiduos a este local es el de Enrique Nuño. Lo descubrieron en la despedida de una amiga que se marchaba a trabajar a Kiev. "Nos pareció lo más idóneo, por la cercanía de Ucrania a Rusia". Desde entonces suelen visitarlo con frecuencia: "Nos gustan las cervezas porque son baratitas, además nos regalan chupitos de vodka y nos hemos hecho amigos de la camarera". Otro aspecto importante para Enrique es la variedad de cervezas para todos los gustos: "hay nueve tipos de la marca báltica y otras marcas de cerveza blanca como las alemanas, cervezas negras y cervezas lager". Además, destaca una con "regustillo a regaliz".

El camarero Dimitri cree que el bar se ha convertido en un lugar en el que la gente va "a charlar y dejar los problemas en casa". Además, señala que cuenta con un ambiente internacional: "un día llegué a contar 14 nacionalidades distintas". "Hay muy buen rollito", añade. Virginia del Río es una estudiante de ruso, habitual del establecimiento, porque cree estar en este bar "es como estar en Moscú, porque todo es ruso, las cervezas, el vodka y los camareros. Y el caviar está muy rico". Además, los precios accesibles le parecen un buen motivo para reunirse en el Yuri Gagarin.