Una concejal con mucha historia

Pocos son los personajes cuya trayectoria y labor acaban mereciendo una reseña en la historia. Pero entre esos pocos cabe mencionar a Teresa Azpiazu, a la que corresponde el honor de haber sido la primera mujer que se sentó en el Salón de Plenos de la Casona del Parque. Lo hizo allá por el año 1924, en plena dictadura de Primo de Rivera y bajo el mandado del entonces alcalde Gálvez Ginachero. Y continuó desempeñando el papel de edil durante seis años, un periodo en el que compartió escenario con hasta cuatro regidores diferentes.

La trascendencia de una mujer adelantada a su tiempo, que abrió un camino por el que posteriormente han deambulado otras muchas féminas, ha sido el punto de enganche al que se ha agarrado la actual concejal de Medio Ambiente, Araceli González, para tratar de rendir homenaje a su memoria. "Lo importante sobre todo es que la recuerden, porque es la precursora de lo que hoy somos en el Ayuntamiento", enfatiza González, quien subraya que la defensa que Azpiazu hizo de la mujer y sus derechos "ha sido una lucha de largo alcance, pero hay que tener en cuenta que la presencia de mujeres en el Consistorio comenzó con ella".

La obra que ayer vio la luz, en una presentación oficial a la que acudió, entre otros, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, tiene la particularidad de que junto al formato papel, será editada en soporte digital (e-book), siendo la primera publicación que el Ayuntamiento realiza de este tipo. Así lo apuntaron ayer desde el Ayuntamiento, al tiempo que precisaron que la obra está coeditada junto a la Universidad de Málaga.

González insiste en que la finalidad de este libro, que lleva por título Teresa Azpiazu, pionera de la política en Málaga, no busca otro objetivo que poner de relieve la trayectoria de una mujer que, al indudable papel como concejal, sumó una importante labor como educadora y persona vinculada a la cultura. "Ella fue directora de la Normal de Maestras, que era una institución referente en la ciudad", señala la concejal, que subraya las dificultades con las que se han encontrado a la hora de hallar documentos informativos sobre la protagonista de la obra.

"Era feminista, pero moderada; una defensora de los derechos de la mujer, que no quería otra cosa que lograr que la mujer ejerciese una profesión en igualdad de condiciones con los hombres", añade Araceli González. Pero junto a estas tareas hay que reseñar su participación como miembro de la Academia de Ciencias, escritora, conferenciante, que incluso participó en lo que por aquellos años se llamó instituto de anormales, pero que hoy sería reconocido como educación especial. "Era un centro destinado a personas con sordera, ciegos, gente que no tenía otras posibilidades en ese momento", expuso la concejal de Medio Ambiente, que, a su vez, recordó que creó la beca Azpiazu, dirigida a estudiantes de magisterio sin medios económicos.