El 60% de los contratos son para camareros o peones

Málaga es el motor económico de Andalucía, la provincia que incrementa su Producto Interior Bruto a mayor ritmo, la que lidera la constitución de sociedades mercantiles, la que contabiliza más pernoctaciones turísticas o una de las más dinámicas desde el punto de vista migratorio. Pero todo eso no puede ocultar que el mercado laboral malagueño se caracteriza por su baja cualificación y su temporalidad.

Si se analizan los contratos realizados en Málaga el año pasado por ocupación se observa que lo que más se contrató en la provincia fueron trabajadores de restaurantes y comercios, con 190.383, casi el 25% del total. En segundo lugar, estaban los peones de agricultura y construcción, con 151.768 contratos, el 19,4% del total. En tercer lugar aparecen otros trabajos no cualificados dentro del sector servicios con 118.759 contratos, el 15%. Por tanto, el 60% de los contratos que se hacen en Málaga son para camareros, cocineros, dependientes de tiendas, peones agrícolas o de la construcción y otros empleos de servicios sin cualificación.

El 40% restante de los contratos se los tienen que repartir todas las demás profesiones, que van desde técnicos y profesionales relacionados con la salud y la enseñanza hasta operadores e instaladores de maquinaria. Los puestos de directores y gerentes están muy cotizados. El año pasado se hicieron 1.365 contratos para este tipo de puestos, el 0,17% del total.

La radiografía de los contratos por sectores es más de lo mismo. El sector líder es la hostelería con 193.872 contratos el año pasado, el 25% del total. Le siguen la agricultura, ganadería y pesca (97.230 contratos, 12,4%), las actividades administrativas (84.534, 10,8%), el comercio y la reparación de vehículos (78.029, 9,9%) y la construcción (72.556, 9,2%).

Los sectores relacionados con las industrias extractivas o el suministro de electricidad y gas no pasan de los 250 contratos anuales por lo que, según parece, no tienen presente ni futuro. Es también llamativo que el sector financiero y de seguros, afectado ahora por grandes Expedientes de Regulación de Empleo de Santander o Caixabank, fue también uno de los que movieron menos contratos en Málaga.