Los contratos indefinidos siguen siendo una rara avis en Málaga pese a que están en boca de todos los políticos. Incluso la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió la pasada semana a España sobre la excesiva temporalidad de su mercado laboral en su informe anual Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo. “España tiene un problema, el gran uso del contrato temporal, que estaba mejorando pero que ahora empeora”, afirmó a Efe Damian Grimshaw, director de investigación de la OIT.

Si España tiene un problema, Málaga tiene un problemón porque su índice de temporalidad es superior al nacional. En la provincia de Málaga se firmaron el año pasado 781.427 contratos iniciales de los cuales 34.061 fueron indefinidos (bonificados o no) y 378 indefinidos a personas con discapacidad. Ambos representaron el 4,4% del total de contratos suscritos en la provincia, según los datos oficiales del Servicio Público de Empleo Estatal dependiente del Ministerio de Trabajo. En España se hicieron 1,44 millones de contratos iniciales indefinidos, el 6,7% del total. El peso de la contratación indefinida en Málaga es, por tanto, 2,3 puntos menos que en el conjunto español.

Aquí no se incluyen los contratos temporales convertidos en indefinidos –muchas veces con el empresario obligado al estar cometiendo un fraude–, aunque los datos no son precisamente para tirar cohetes. El año pasado el Ministerio de Trabajo contabilizó 31.870 contratos convertidos en Málaga, el 3,9% del total de contratos realizados.

No es necesario precisar que la bolsa de contrataciones temporales es enorme. El año pasado se firmaron 281.641 contratos de obra o servicio y 406.763 considerados eventuales por circunstancias de la producción. Ambos suman el 88% del total. El pico restante corresponde a contratos de interinidad, relevo, jubilación parcial, sustitución de jubilación a los 64 años, prácticas o formación como se puede observar en la tabla anexa.

La temporalidad afecta en Málaga a todos los sectores productivos. En la agricultura, por ejemplo, se suscribieron 97.230 contratos el año pasado y solo 1.050 fueron indefinidos, el 1% del total; en la industria fueron 36.444 y 2.040 eran indefinidos, el 5,5%; en la construcción se hicieron 72.556 contratos, de los cuales el 2,5% eran indefinidos; y en servicios 575.197, con 29.513 fijos, el 5,1%.

Dentro de los 34.061 contratos indefinidos mencionados se pueden hacer varias lecturas. Una de ellas es que la mitad eran de jornada completa, mientras que 11.400 correspondían a una jornada parcial y algo menos de 5.000 eran fijos discontinuos, una figura muy habitual en el sector turístico con los cierres por temporada.

Otra lectura es la edad de los contratados. El colectivo de personas que suscribieron un mayor número de contratos indefinidos fue el comprendido entre los 30 y los 39 años, seguido del de mayores de 45 años. Dentro de los contratos eventuales por circunstancias de la producción llama la atención que más de la mitad tuvieron una duración menor de un mes, representando los superiores a seis meses apenas el 2,7% del total.