Cerrado el puerto de Málaga a todo tipo de actividad crucerística debido a las medidas de seguridad sanitarias impuestas por el gobierno frente a la pandemia del Coronavirus, minutos antes de las 14:00 y procedente de Cádiz, ha entrado por la bocana del puerto malagueño sin pasajeros el buque de crucero Sovereign perteneciente a la compañía Pullmantur Cruceros.

Maniobrando los remolcadores Vehintisiete y Trheinta, este barco con bandera de Malta ha pedido un permiso especial para realizar labores de avituallamiento así como para desembarcar a un reducido número de tripulantes.

Atracado en el muelle norte de la estación marítima de levante, este buque que llega a Málaga con 816 tripulantes, según ha podido saber Málaga Hoy, realizará esta operativa hasta este sábado a las 14:00, momento en el que tendrá que dejar las aguas malagueñas.

Sovereign atracado en el muelle norte de la estación marítima de levante.

En el transcurso de la tarde de este viernes, el barco descargará residuos sólidos y líquidos para posteriormente cargar agua y alimentos; una labor que se completará con el desembarco de 47 tripulantes.

Gestionados todos los permisos para este desembarque, los tripulantes que bajarán del barco, todos ellos de nacionalidades sudamericanas, sin pasar por la estación marítima que permanecerá cerrada para esta operativa, subirán a un autobús que los llevará al aeropuerto de Málaga desde donde tomarán vuelos ya cerrados a Madrid y Barcelona.

Algunos de los tripulantes en la popa del barco

Completada esta operativa que en todo momento está siendo controlada por el puesto fronterizo del puerto malagueño más la autoridad sanitaria, el Sovereign saldrá mañana a la bahía donde permanecerá a la espera de cumplimentar un nuevo atraque el domingo para realizar un nuevo desembarque de tripulantes; una maniobra que, si no cambian las previsiones, podría repetirse en la jornada de lunes.

Con estos movimientos de entrada y salida que se sucederán durante los próximos días, este buque de Pullmantur que realizó su primera escala en aguas malacitanas en noviembre de 2011 pretende dejar sólo a bordo a una tripulación mínima con la que, según la normativa marítima internacional, pueda navegar.