Málaga

Coronavirus en Málaga: Estupefacción en el aeropuerto: "Esto está peor que en agosto"

  • Ni distancia de seguridad, ni mascarillas entre pasajeros y trabajadores

  • Filas eternas en la puerta de embarque y en los puntos de boarding

Pasajeros en el aeropuerto de Málaga

Pasajeros en el aeropuerto de Málaga / Javier Albiñana

"Debido a las circunstancias excepcionales, mantengan la distancia de seguridad de un metro". Por el altavoz del aeropuerto de Málaga suena cada 15 minutos este mensaje pero el efecto es nulo. Es lunes, 16 de marzo, 8 de la mañana. Hace poco más de 30 horas que el Gobierno decretó el estado de alarma y en el aeropuerto sigue el hervidero de gente.

Entre la marabunta, no hay quien consiga guardar la distancia de seguridad de un metro y tampoco hay rastro de otras señas de precaución: pocos usan mascarillas y guantes. Entre los que tienen el objetivo de salir del país, prisas. Entre los trabajadores, estupefacción.

Una mujer baja de la línea de taxi en los aparcamientos de la terminal de salidas. Tal es su desasosiego que olvida el monedero dentro. "Señora, señora", grita la taxista cuando se percata. Han pasado escasos segundo desde que bajó del coche pero ya ha cruzado la puerta del aeropuerto. Esta imagen ejemplifica el movimiento que invade el lugar, aunque solo en la planta de superior. En la terminal de llegadas, el silencio lo inunda todo. Los dueños de los pasillos son dos indigentes que reposan en una esquina.

"Es alucinante", afirman dos jóvenes canarias que estudian en la capital. Su vuelo salía el jueves pero tras 11 horas en el aeropuerto, más de una montadas en el avión, las mandaron para casa. "Nosotras al menos teníamos dónde ir pero muchos otros pasajeros se quedaron sin saber qué hacer y si asistencia por parte de las aerolíneas". No saben si podrán llegar a casa.

Entre los trabajadores hay una consigna compartida: la situación solo es comparable con los meses de agosto. Nadie quiere dar nombres ni aparecer en las imágenes pero piden a la prensa a gritos que denuncien la situación. "Aquí estamos en un mundo paralelo. Míranos: ni protocolos ni guantes ni mascarillas", comenta un asistente de barreras.

"Vamos peor que en Italia", comentan unos guardias civiles al coordinador de una aerolínea en una de las puertas. Los primeros se preguntan cómo van a asegurar que los viajeros mantenga un metro de distancia en la terminal. "Colapsaríamos el aeropuerto, es inviable", señalan. Ellos no tienen ninguna orden para preservar las medidas de protección, ni siquiera saben que la UME estará en unos minutos desplegada por la zona. "¿Para qué? Que nos digan cómo se controla esto".

"Lo que está pasando desde ayer es increíble"

Lo mismo cuentan unos agentes de la Policía Nacional antes de hacer el cambio: "Estamos de servicio como cualquier otro día pero lo que está pasando en la terminal de salidas desde ayer es increíble, solo se ve en los meses de plena actividad". Entre tanto, unos viajeros pasan quejándose de la situación: "Qué locura es está, esto es un foco de infección y nadie hace nada. ¿Cómo vamos a guardar la distancia de seguridad? Están obligados a decirlo por televisión para quedar bien pero luego no se hace nada para que sea efectivo", critica un seños exaltado a gritos.

Critican que dentro los bares continúan abiertos: "Están ofreciendo cafés y bocadillos. Qué sentido tiene cuando fueran están todos cerrados. Es el colmo de la hipocresía. No sé si es que esto no es tan grave como quieren transmitir o es que les da todo igual". Los agentes, sin quitarles razón, explican que están obligados a prestar un servicio público. "La gente se pasa dentro horas esperando, tienen que ofrecer comida para atender sus necesidades", contestan.

Mientras tanto, los trabajadores agradecen la presencia de la prensa: "Tenéis que contar lo que está pasando aquí". Cuatro azafatas de tierra afirman que tienen que estar en constante contacto con los viajeros sin ninguna medida de seguridad: "No nos han dado guantes ni mascarillas. Estamos a 30 centímetros de distancia y dando horas extras para que la gente pueda salir de España", cuentan. "Habitualmente en estas fechas, un vuelo lleva unos 30 pasajeros; ahora van llenos e incluso dejan a gente en tierra. Van a llevar el virus a todas partes".

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