La otra cuesta de enero en Málaga

Los alumnos ‘toman’ las bibliotecas de la UMA y respaldan la ampliación de horas de cara al periodo de exámenes

Horario especial de las bibliotecas de la Universidad de Málaga durante los exámenes

Estudiantes en la Biblioteca General de la Universidad de Málaga.
Estudiantes en la Biblioteca General de la Universidad de Málaga. / Javier Albiñana

Málaga/Es otra cuesta de enero. Protagonizada por los estudiantes universitarios y con un aliado: las bibliotecas. De hecho, la Universidad de Málaga (UMA) anunció la ampliación de los horarios de algunas de sus instalaciones para el estudio. De cara a la primera convocatoria ordinaria de exámenes que se llevará a cabo a lo largo del mes de enero, como suele ser habitual en estas fechas, anunció esta decisión para facilitar el estudio hasta las primeras semanas de febrero. Son muchos los alumnos que optan por estudiar fuera de sus casas para prepararse para estas pruebas.

En general, los estudiantes de la UMA ven con buenos ojos los nuevos horarios de las bibliotecas. La General, por ejemplo, está abierta de 9:00 a 2:00, al igual que la de Ciencias y Empresariales. La de Medicina cierra sus puertas dos horas antes.

“Si me saturo más en mi casa y quiero venir a estudiar a la biblioteca está bien que abran más horas”, afirma Erika del Águila, estudiante de Derecho. José Luis García, alumno de Magisterio, también declara que “cuantas más horas esté abierta la biblioteca, mejor”. Paula Álamo, matriculada en Fisioterapia, se mantiene en la misma línea: “Yo es verdad que no estudio hasta tarde, pero hay gente que estudia por la noche y le viene mejor”.

Muchos estudiantes pasan horas y horas estudiando para sus exámenes, lo que reduce la disponibilidad de tiempo para realizar actividades de ocio o disfrutar de hobbies. “Apenas tengo tiempo de ocio porque, para una semana o dos, prefiero concentrarme y luego volver a la normalidad”, asegura Juan Mateo, estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas. Pablo de Amo, alumno de Fisioterapia, también admite que prácticamente carece de tiempo de ocio al estudiar “cuatro horas por la tarde” y tener que complementarlo con su trabajo.

Algunos alumnos confeccionan técnicas de estudio para optimizar el tiempo. Juan Mateo admite que, en su casa, utiliza el “método Pomodoro”, es decir, intercala sesiones de alrededor de 25 minutos de estudio con breves descansos de unos cinco minutos. Erika del Águila, sin embargo, prefiere estudiar varias horas seguidas por la mañana. “A lo mejor, cada dos horas, descanso, pero depende de la concentración que lleve”, declara la estudiante de Derecho.

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